Manucadista Publicado Enero 1, 2009 Publicado Enero 1, 2009 Brutal, espectacular!! Creo que con este capítulo, te has vuelto a superar una vez más, cosa que cada vez parecía más difícil... de verdad, nos dejas alucinado a todos... Simplemente fantástico... y por favor, pon rápido el nudo, que estamos ansiosos por saber lo que ocurrió... Esperemos que al pequeño de los Vasily no le haya pasado nada... Saludos artista! P.D. Libro ya!!!
adrianbiasoli Publicado Enero 1, 2009 Publicado Enero 1, 2009 Gran Historia loko, fuera d joda, encara el libro que va a ser un best seller, tenes un talento innato para esto, te felicito!!!
PioPio Publicado Enero 1, 2009 Autor Publicado Enero 1, 2009 Andrés Me alegra que te haya gustado amigo. He intentado enfocar todo lo ocurrido de una manera algo diferente. Este chaval, Rick Roberts, será muy importante a partir de ahora en la historia. Creo que volverá a salir en no mucho tiempo. O al menos, esa es mi intención. Todo el tema de los savants será analizado a fondo en la historia. Tengo medio preparado el siguiente capítulo... pero algo no me acaba de cuadrar. No sé si lo postearé finalmente esta noche. Guido Bueno, era la intención, y me alegra ver que lo conseguí. Todo ello se explicará en la segunda parte, descuida. Al menos eso pretendo, y creo que lo dejo bastante claro, aunque algunos flecos seguirán sin peinar. Puedo dirigirles a algún vídeo de Youtube, quizás a alguna página web... pero por ahora no puedo crear noticias falsas y ponerlas en la televisión. Aunque todo se andará... Nah, imposible. Ese era el enfoque que quería darle. Todo el mundo esperando impaciente el uno de junio con gran expectación... creí oportuno darle algún giro a todo esto, porque si no hubiese quedado demasiado esperable. Nada bueno fue, pero sabremos qué es lo que debía ocurrir, o lo que debería haber ocurrido, y finalmente ocurrió. Josine Gracias viejo. El inicio y el final lo sabemos, al menos esto último sí. No del todo, pero sí. El comienzo está algo difuso, pero se comentará en el siguiente capítulo junto al esperado nudo. Lo único que deseo es que sea suficiente, aunque luego habrán más capítulos referentes a este día. Tras la explosión, Víctor parecía andar sin rumbo, pero luego tenemos ese momento en el que siente un papel dentro de su bolsillo, y suspira aliviado. Quizás no busque nada. Sobre esas dudas, espero poder resolver las máximas posibles. Francky Thanks. Artyom se olía todo desde el principio, pero algo le decía que tenía que ir. Quizás el destino, quizás una gilipollez, o quizás el hecho de que supusiese que Víctor estaría allí y, por lo tanto, Nadina también lo estuviese. Quizás quiere terminar con todo. Conoceremos la razón por la cual Víctor ''necesitaba'' a Artyom allí. Bamdalico Creo que me quedo algo bien, pero bueno, siempre se puede mejorar mucho. Bonita ciudad Boston, espero visitarla algún día. La segunda parte, como ya sabes, está media preparada, pero ya veré si la puedo postear luego de este post de respuestas. Manucadista Nunca es demasiado difícil superar lo que he hecho hasta ahora, pues nada ha sido ni perfecto ni muy, muy bueno. Pero bueno, me alegra ver que los lectores siguen disfrutando de la historia. Sobre el siguiente capítulo, a ver si lo pongo ahora. Habrá que ver qué ha ocurrido con Ivan... y el otro Ivan, claro. adrianbiasoli Bienvenido a la historia, y gracias por leértela toda. Sobre lo del libro, queda mucho para tener una idea y estar capacitado para hacerlo. Quizás nunca la tenga, nunca se sabe. Un saludo a todos y gracias por pasar.
PioPio Publicado Enero 2, 2009 Autor Publicado Enero 2, 2009 Capítulo 77. Llegada (IIª parte) "El alcohol aconseja bien... pero luego no recuerdas qué". A las afueras de Maine, casi más cerca de la ciudad de Boston que de esa propia zona, un grupo de hombres, la mayoría de avanzada edad, dialogaban tranquilamente mientras uno de los últimos suaves aires de la primavera sacudía las hojas de los árboles y provocaban un relajador sonido que acompañaba al tono parsimonioso con el que hablaban. Algunas ramas golpeaban las ventanas de aquella cabaña de madera en la que se habían reunido por alguna razón. Era difícil adivinar por qué un grupo de hombres de tan diferente edad estaban reunidos y compartían tazas de café. Uno de los hombres se levantó y cambió el calendario que colgaba de la pared. Ya era uno de junio. Marcado con círculo rojo. Tomó asiento nuevamente, y se hizo un silencio sepultural dado por una conversación anterior que no había terminado de escuchar por completo. Sobre la mesa que rodeaban todos, un enorme y ancestral libro se encontraba abierto por la página setenta y siete. El silencio había tornado aquella agradable situación a una tensa. Era de esperar; aquel día era el día que habían estado esperando. Uno de los hombres, hastiado y algo nervioso, rompió el silencio con su voz grave pero insegura en aquellas palabras. - ¡No podemos hacerlo! -Bramó ofendido. - Hijo -le interrumpió uno de los viejos, al que todos miraron cuando tomó la palabra-, lo hacemos únicamente por que no tenemos otra opción. - Siempre hay otra opción -apuntó aún nervioso-. .. ¡no somos unos jodidos terroristas! - ¡Cállate! -Interrumpió el diálogo de los dos otro que se encontraba de pie- No somos terroristas, pero lo que debemos hacer hoy es necesario. Si no lo hacemos... - ¿Qué? -Tentó el hombre nervioso- Dime, ¿qué ocurrirá? Hemos hablado de esto muchísimo tiempo, pero... pero nunca hemos sacado en claro qué ocurrirá si no hacemos... si no volamos... - Tranquilidad -volvió a retomar la palabra el más viejo de la cabaña-. Hijo, debemos hacerlo. En el libro está escrito. Aunque no somos quiénes para pedir respuestas, te responderé a esa pregunta: el fin -se detuvo para dar un sorbo al café, ya tibio-. Si dejamos que los equivocados de Torre de Babel se hagan con el chaval y su información, todo acabará. No me refiero a nuestro legado como componentes del Circulus Hominis, sino a la vida. A la existencia. A todo. - Pero, por qué... - No -negó seriamente y subiendo el tono de voz-. Aquí no hay que buscar porqués. No estamos aquí para cuestionarlo todo. Y eso lo sabes desde que formas parte de esto. Si no estás dispuesto a aceptarlo, sabes lo que te espera. - Lo... lo entiendo -dijo, resignándose. - Bien -concluyó el viejo. Aquellos que no habían terminado el café, se apresuraron a vaciar las tazas. El reloj marcaba ya las diez y media, y todo debía ir como se había planeado. Todos se levantaron y salieron al exterior. Un frondoso bosque les cubría del sol y el aroma al agua del lago les inundaba los pulmones. Antes de dirigirse a coger sus coches, uno de los hombres les detuvo para decir unas cuantas palabras. Quizás las últimas palabras en mucho, mucho tiempo. - Compañeros, ya sabéis qué hacer -dijo. Todos asintieron. Luego miró a uno de los más jóvenes del grupo-. Matthew, quiero que sepas que todos los aquí presentes te debemos mucho. Que, en unas cuantas horas, serás el mayor héroe que ha conocido este mundo en toda su historia. - Gracias -asintió cabizbajo pero con tono seguro el joven. - Bueno, todo queda dicho. Compañeros... cambiemos el mundo. Todos acudieron a sus vehículos, y sin mirar atrás, salieron del bosque por el sendero de tierra habilitado para ello. Al llegar a la autopista, todos los coches se dirigieron a Maine. Todos salvo uno; Matthew debía enfrentar su destino a lo lejos. Condujo durante una media hora en línea recta por la interestatal y pudo divisar, a lo lejos y alto, los rascacielos de la ciudad de Boston. Tragó saliva y paró con cautelo a un lado de la autopista, no muy transitada a aquellas horas. Bajó la cabeza golpeándose contra el volante de aquella furgoneta que llevaba. Una furgoneta de color azul cielo. Luego echó la vista atrás. Llevaba encima una bomba que podría arrasar toda Nueva York. Él no cuestionaba las decisiones del grupo, pero seguía pensando que había otra manera de eliminar a aquel chico y a Torre de Babel. Arrancó rápidamente y sacudiéndose la cabeza, puso rumbo al centro de la ciudad de Boston. Artyom sabía que había hecho mal al ir a Boston. Pero algo le había obligado. No estaba seguro de poder explicar el porqué de su marcha a Boston cuando intuía, prácticamente sabía, que nada bueno pasaría. Que aquel uno de junio sucedería algo terrible. Al menos podría almorzar con tranquilidad. O eso pensaba. Recibió una llamada desde la recepción del hotel donde se hospedaba. En su mente sólo estaba el rostro de Nadina. Hacía ya más de tres años que no la veía, pero seguía teniendo fresca la imagen de su bella sonrisa. Contestó y bajó, bien vestido, al hall. Tal y como le había pedido la recepcionista. Alguien le esperaba. Al llegar, un tanto cauteloso, vio a Víctor Smith leyendo un enorme y viejo libro cómodamente en uno de los sillones de la sala. Artyom se acercó con algo de miedo, aunque Víctor no parecía percatarse de su presencia. Al tapársele la luz por la sombra del jugador de fútbol, dejó de leer y se masajeó lenta pero bruscamente la sien. Luego cerró el libro y ofreció, con un gesto, asiento a Artyom. Este aceptó y decidió, en aquel instante, ser un hombre. Ser valiente. - ¿Por qué estoy aquí? - Buena pregunta -sonrió Víctor. - ¿Cuál es la respuesta? - Digamos... que porque si no estuvieses aquí, no sería tan divertido -rió. - Qué... Artyom dudaba que esa fuera la verdadera razón. Bajó la mirada en un acto reflejo sin importancia y vio inscritas, en la esquina inferior izquierda de aquel enorme libro, las siglas DAS y el número 4 en un color blanco que difícilmente podría haber visto si el reflejo de la claridad de la sala no las hiciese, justamente, visibles. No le prestó más importancia, y volvió a mirar a Víctor, que mantenía la sonrisa en su rostro. Luego levantó la mano, y atrajo a dos enormes guardaespaldas que cogieron a Artyom. - ¿¡Pero qué...!? - Te vienes conmigo, Artyom -sonrió Víctor. Artyom intentó pelear, pero poco aguantó. Tras sentir un pinchazo en su cuello, duró únicamente dos segundos antes de caer inconsciente. Las luces de los coches iluminaban intermitentemente aquella habitación. Artyom abrió los ojos con dificultad. Aún se sentía mareado y confundido. Recordaba perfectamente que Víctor le había raptado. Cuando se acomodó a la luz, pudo ver al otro lado a Nadina, que yacía dormida. Intentó acercarse violentamente, y más fuerte fue el daño que recibió en sus piernas y sus manos. Estaba encadenado contra la pared. Optó entonces por gritar. Nadina levantó la mirada alertada, y aunque dirigió la vista a Artyom, no le alcanzó a ver. Debía haber algún tipo de cristal o espejo. La puerta se abrió y Artyom miró asustado. Vladislav entró junto a Víctor. Ambos se sentaron ante él. - El uno de junio, el joven Rick Jeffrey Roberts pronunciará su primera frase en dieciocho años de vida. El chico que puede correr los cien metros lisos en 8 segundos, el chico que puede levantar hasta cincuenta veces su peso, el chico que puede saltar más de 8 metros -recitó Víctor-. Y nosotros vamos a raptarlo. ¿Maravilloso, eh? - Qué... -le pareció inhumano no interesarse por aquel chico, pero realmente no le conocía- ¿qué tiene eso que ver conmigo? ¿Y qué hace ahí Nadina? Deja... déjanos marchar. No diré ni una palabra. No me interesa nada de lo que hacéis aquí. - Artyom Vasily -siguió serio Víctor-. Eres desconcertante. Desconozco tu origen. Tu verdadero origen. Pero tu descendencia nos es importante. - ¿Mi... mis hijos? -Recordando lo dicho por aquellos dos hombres. - Ivan e Ivan Vasily -rió-. Le cambiaremos el nombre a uno. - ¿Cómo? - Sí, verás... tus dos chavales tienen el síndrome del sabio. Pero más grande y fuerte que nunca se haya podido ver. Mi amigo Kim Peek será como uno de esos teléfonos móviles gigantes que parecían cabinas comparados con tus hijos. Podremos hacer... muchas cosas. - Mis... mis hijos... - Ya ves. Y... bueno, qué pena, ¿no? -Dijo retóricamente mientras Vladislav miraba la pequeña rendija que daba al exterior, en silencio- Tendremos que matarte. Artyom empezó a temblar. Apenas entendía nada. ¿Por qué le pasaba todo aquello a él? Una ráfaga de viento golpeó su rostro y la sintió como si fuese un enfurecido huracán. Había sido una ráfaga fuerte, pues el viejo libro que traía consigo Víctor y que había puesto en el suelo se abrió. Artyom lo observó, y lo vio. Vio aquello. Vio lo que decía. Víctor se percató de su sorpresa, y tras cerrar el libro, le preguntó. - ¿Qué has leíd- Una tremenda explosión evitó que formulase su pregunta. La explosión fue lo único que sintió; el fuego, el humo, el polvo, el temblor; todo le golpeó. [ 2 de junio, 15:00 ] El Gobierno de los Estados Unidos recibe en la Casa Blanca a los representantes de la ONU en una cumbre para analizar las pérdidas y, sobre todo, las razones por aquel atentado terrorista a la ciudad de Boston que ha acabado con la vida de, por ahora, 205.000 personas, casi la mitad de la población. Informaciones que maneja el Gobierno de Barack Obama, que cumple su segunda legislatura como presidente del país, apuntan que el resultado ha sido benévolo; podría haber sido mucho peor. Aún se están rescatando supervivientes y cuerpos de los escombros en los que se ha convertido la enorme ciudad de Boston. Artyom suspiraba mientras unos cuantos voluntarios le llevaban en una improvisada camilla a uno de los campamentos móviles formados por las emergencias estadounidenses para las víctimas del atentado. Iba escuchando muchos datos, muchos números en el camino, pero no tenía la cabeza para fijarse y recordar todas aquellas cifras. Tan solo se acordaba, ocurrido antes de aquella tremenda explosión, de lo que leyó en aquel enorme libro. Y de las siglas vistas anteriormente. Y, sobre todo, del color azul cielo que había visto en la explosión. Aquel color azul cielo del diablo del Sector 4 del que hablaba su padre delante de la chimenea en su casa de Chernobyl. El mundo no volverá a ser igual. Y Víctor Smith, siendo atendido por las emergencias nacionales dispuestas a la búsqueda de la ciudad, lo sabe. Rick Roberts está por ahí. Aún quedan muchas cosas por resolver de aquel día. Giró la cabeza para que pudiesen curarle en una mejor posición una herida de su cabeza y se topó con Nadina, aún tiritando, y su hijo a un lado. El otro, aquel que había criado Artyom, aún estaba perdido. Y Artyom también. Sin embargo, cansado de todo, sonreía al cerciorarse de que tenía aquel papel en su bolsillo. El papel de Dios.
GuidoForEver Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 No voy a seguir halagandote porque no quiero ser reiterativo... A decir verdad, extraño sentido del bien y el mal tienen las organizaciones secretas.. 205.000 muertos es hacer el bien. Raptar gente es hacer el bien.. Matar gente es hacer el bien.. En fin, tan lejano a la realidad no esta. Cuantos guerras se han hecho en honor al bien. Algo tan raro y tan variable.. Lo que es bueno para uno puede ser malo para otros y viceversa. Pero ya estoy divagando me gusto el capitulo, la forma en que lo trataste, dividiendolo en dos. PD: He notado que el libro decia DAS 4. No se que podria significar el DAS, pero acaso la repeticion del 4 (El reactor 4 de Chernobyl) es casual? porque cada vez mas desconfio de las casualidades de tu historia Saludos
Manucadista Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 Magnífico capítulo una vez más, pero me queda una duda... uno de los hijos no se había quedado en Madrid? Por cierto, una vez más, excelente capítulo... Pero vamos, que yo creo que ninguna de las dos organizaciones es buena...
Andrew Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 De nuevo, un gran capitulo. Ahora ya sabemos que los hijos de Vasily son savants y son los mejores que ha habido.. ¿Que seran capaces de hacer? Esa pregunta necesita respuesta. Además, las siglas DAS y el número 4 van a dar mucho que hablar. Como dice Guido el número 4 no creo que sea casualidad, porque se ha demostrado que hay muy pocas casualidades en tú historia. Saludos. PD. Me alegra ver que Obama tiene una segunda legislatura y que sigue vivo.
josine969 Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 Gran capitulo sin duda esa 4 tiene que ver con chernobyl,en cierto modo a sido igual. Un gran matanza.provocada quizas igual que la anterior,artyom vio lo mismo que su padre. No entiendo porque victor no escapo antes de la explosion,si lo sabia no debir aver huido o es que quizas el que debia activar la bomba lo izo a propostio para tambien para matarlo. Supongo que el otro ivan que creo que estaba en madrid seria facilmente raptado. Boston aora que consiguieron el anillo espero que garnet siga vivo saludoss
GuidoForEver Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 Gran capitulo sin duda esa 4 tiene que ver con chernobyl,en cierto modo a sido igual. Un gran matanza.provocada quizas igual que la anterior,artyom vio lo mismo que su padre. No entiendo porque victor no escapo antes de la explosion,si lo sabia no debir aver huido o es que quizas el que debia activar la bomba lo izo a propostio para tambien para matarlo. Supongo que el otro ivan que creo que estaba en madrid seria facilmente raptado. Boston aora que consiguieron el anillo espero que garnet siga vivo saludoss Pues yo noto ciertas diferencias. En chernobyl, fue la torre de babel quien planeo todo. En cambio en esta ocasion, fue el Circulo Hominis, creo que asi era. Ademas, no creo que Victor supiera lo de la explosion. Teoricamente la explosion la hicieron los del circulo para impedir que Victor se hiciera con Artyom. Si hubiera sabido de la explosion Victor, creo yo que hubiera elegido otro lugar para la reunion con Arty. Y no me queda duda que el que exploto la bomba le hubiera encantado ver muerto a Victor.
Bamdalico Publicado Enero 3, 2009 Publicado Enero 3, 2009 Otro muy buen capitulo, como siempre Interesante que los 2 hijos de Arty sean Savants..... Que habilidades tienen ?? Me intriga mucho el 4 A esperar que respondas
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