Faryds Publicado Mayo 8, 2008 Publicado Mayo 8, 2008 mira vos, potencial para ser uno de los mejores centrocampistas izquierdos de la division de honor... eso me gusta. dame historia! saludos!
sanperyaq Publicado Mayo 8, 2008 Publicado Mayo 8, 2008 Bueno, tiene potencial, va mejorando, juega en las reservas, va bien el chico, además que es titular, vamos a ver como sigue, por ahora atina a ser un gran asistidor de futuro. Muy buen informe, por ahora no hay ningún interesado en él?. Veremos como sigue, saludos
PioPio Publicado Mayo 8, 2008 Autor Publicado Mayo 8, 2008 Mapashito Pues sí, aunque no lo parezca por sus números, todos los ojeadores y preparadores coinciden al decir que Artyom es un jugador con un buen futuro por delante, así que esperemos que lo tenga. El Kaddouri es un crack, internacional marroquí y uno de los mejores jugadores de la liga. Además es joven, puede -y ojalá lo haga- que coincida con Artyom, ya en el primer equipo. Faryds Y sí, no lo hice un crack, pero tampoco lo cree para que fuera un pobre desgraciado de divisiones inferiores. El tiempo dirá lo que pasa por él. Sobre el capítulo, a continuación. sanperyaq Exacto, muy acertado todo lo que dices. Titular los tres partidos que ha ido convocado, aún ni ha visto los banquillos del estadio. Por desgracia no tiene minutos entrando en el descanso, porque en el tercer equipo no está disputando ni un minuto. Puede convertirse en un extremo zurdo peligroso, sí. Y no, ni mucho menos, no hay ningún interesado en él. Saludos a los tres.
PioPio Publicado Mayo 8, 2008 Autor Publicado Mayo 8, 2008 Capítulo VIII. Ve y triunfa. "Los días posteriores, cuando llovía, se podía oír gritar de dolor a los que caminaban por las calles". Una piscina abandonada en uno de los edificios en ruinas de la ciudad Es doce de enero de 2008. Artyom duerme con las sábanas tapándole medio cuerpo y la manta totalmente en el suelo. A pesar de los tres grados bajo cero que hay, se mueve una y otra vez sobre la colcha y se retuerce, como si estuviera recibiendo una paliza y no pudiese levantarse del suelo. Las gotas de sudor frío le recorren la frente, y parecen hacer una carrera para ver cuál llega antes al mentón. Súbitamente, se inclina con los ojos abiertos. Suárez, al lado y tapado hasta arriba, se mueve ligeramente para seguir domiendo cómodamente. El sol va a salir dentro de poco, y por ello Artyom decide quedarse sentado, con los brazos sobre las rodillas y las plantas de los pies sobre el suelo gélido. A la izquierda, las zapatillas que el club le facilitó. Unas zapatillas a las que no estaba acostumbrado, y a las que no quería acostumbrarse. Secándose las gotas de su cara, coge la manta y se la coloca sobre la espalda. Ya es de día. El sol poco a poco va cumpliendo con su labor de derretir la nieve caída en el invierno, el cual aún no ha dicho la última palabra. Artyom espera desde primera hora de la mañana al autobús del club que le alcanzará a Chernobyl. Hoy es la fecha indicada en el calendario por el equipo capitalino para dejar a sus juveniles visitar a las familias que se han quedado en otros rincones del país. Hora y media más tarde llega el conductor, y avisa a los chavales para que suban al bus. Artyom se coloca al final y sólo, pues Roman no va a visitar a nadie. Antes de que arranque, Babov se interpone en el camino del vehículo y hace que el chófer empiece a vociferar y alzar los brazos. Intentando calmarle, Babov le dice que lo olvide, y que siga con su camino. Manteniendo el equilibrio en el arranque, se apoya en los asientos hasta llegar al fondo, donde se sienta junto a Artyom. - ¡Hola, Artyom! -saluda enérgicamente Babov. - Buenos días señor Rebrov -respetuoso. - ¡Si es qué...! Tampoco soy tan viejo, hombre. - Lo siento. - No, si tampoco es eso... En fin, a visitar a la familia, ¿no? - Sí, tengo ganas de ver a mi padre y contarle todo lo que he vivido aquí. - ¡Ese es el espíritu! Entonces, bien en tu estadía aquí por ahora, ¿eh? - Bueno. Si quiere que las cosas vayan bien, sólo debe poner de su parte. - No es tan simple, chaval. - ¿Por qué no? Las cosas son más simples de lo que parecen. - Puede que sí... por cierto, te vi en los tres partidos que jugaste con el segundo equipo. Muy bien hecho. - Gracias. - No... no se te ve muy emocionado, ¿no? - La emoción no es buena. Esto no será para siempre. Dentro de poco tiempo me tendré que ir. - ¿Te tendrás que ir? ¿A dónde? - A cuidar de mis padres. - Pero... Un fuerte frenazo les saca de su conversación. Artyom choca las manos contra el cristal para no darse con la cara, y se levanta acto seguido. Babov Rebrov se queda extrañado, y le mira fijamente. Luego observa el paraje a través de las ventanas, y lo único que se ven son árboles pelados por el frío, aunque estos parecen que hace tiempo no florecen. Va detrás del chico, y cuando este se baja, le pregunta al conductor. - Mire, señor -le dice, en tono altanero aunque con cierto miedo-, no pienso entrar en esa ciudad fantasma. A saber qué puede pasarme si voy con el autobús por ahí. - Dios -suspira-, menos mal que no todos son como usted. Aquí nos esperará en la noche, ¿de acuerdo? - Por supuesto. - Bien. Yo me bajo aquí. Cuando baja Artyom ya llevaba recorrido medio camino. A un ritmo muy rápido, iba mirando de lado a lado una y otra vez, recordando su querida ciudad. Sonreía cuando miraba hacia la derecha, y de reojo, al edificio más alto de la ciudad. Su padre le contaba que el día de la catástrofe, mientras corría para salvar su vida, el halo de luz que salió de la planta nuclear se reflejó en aquellas ventanas y formó una gran y misteriosa figura mística. Los oficinistas de ahí dentro, cuenta, tuvieron que resguardarse de la luminosidad, al ver que sus ojos no podían aguantar tanta claridad. Siguiendo su camino, se percata de que Babov fue con él, y se para. Cuando ya ha llegado a su altura, ambos juntos prosiguen el camino. Ya a la misma altura, la vieja del puesto de la esquina se fija en él y le mueve la mano en señal de recibimiento. Avanzan unas cuantas ruinas más hasta llegar al casi derribado hogar de Artyom. Entusiasmado, corre hacia la puerta y abre de un golpe, cediendo una cerradura que desde hace tiempo está oxidada, ya sin remedio. Su madre, Yekaterina, le recibe con los brazos abiertos. Dándole un fortísimo abrazo, el chico empieza a evitar las lágrimas. Tras unos minutos emocionados, se separa y la mira. - ¿Y papá? -le pregunta, extrañado- ¿Ha ido a algún lugar? - No, hijo... Le rodea con los brazos, y le lleva a la habitación de Sergei. Este, tosiendo, yace sobre la cama con un pequeño trapo húmedo en la frente. Artyom corre hacia él en cuanto lo ve. - ¡Papá! ¿Qué te ocurre? -tirándose sobre sus rodillas. - Hijo... -dirige la vista hacia su esposa. Esta acto seguido, como sabiendo qué era lo que le quería decir su marido, se va y cierra la puerta- Estoy muriendo. - ¿¡Qué...!? - Suficiente... he durado... -vuelve a toser- Hijo, debes ser fuerte. - ¡No te vayas! - No se puede pelear con el de... arriba... - Seré fuerte. Cuidaré a mamá. Me quedaré en casa. - ¿Y así... cómo... la pretendes ayudar? Escucha, Artyom -se levanta a duras penas y le agarra la mano- anoché te vi. - No puede ser, anoche yo estaba... - Escucha. Te vi. Te vi... jugando en estadios... alrededor de todo el mundo... oi a la gente... corear tu nombre... y vi a tu madre llorar de alegría sentada aquí frente al televisor. - ¿Al... televisor? -preguntó con lágrimas en los ojos Artyom. - Sí... tú hijo mío... tú reconstruirás esta ciudad... tú y tu dinero... hijo... - ¡Papá! - Triunfa. - Papá... - Dimitry... ve y dícelo... ¡dile que es peligroso! -grita, desvariando. - ¿Qué...? -su padre le suelta la mano- ¿Papá?... ¿Papá? ¡¡¡Papá!!! Llorando sobre la manta, empieza a golpear el duro colchón de la cama y a chillar desconsoladamente. Fuera, Babov le escucha y hace el amago de acudir a su ayuda, pero la madre le para. Aquello debe superarlo sólo. La vida es una parada en la que nadie se digna a parar
Bamdalico Publicado Mayo 8, 2008 Publicado Mayo 8, 2008 Una pena la muerte del padre Animo a Artyom y su Familia El Futbol le animara
Vyctor Publicado Mayo 8, 2008 Publicado Mayo 8, 2008 Capítulo sublime... pero sobre todo la última frase... "La vida es una parada en la que nadie se digna a parar" Joder, tío, ya me veo comprando dentro de 20 años el bestseller de Jesús Morales. Máquina. Ídolo.
iagogin Publicado Mayo 9, 2008 Publicado Mayo 9, 2008 Gran relato Pio, hasta se me ha puesto la piel de gallina . Parece que este momento va a ser un antes y un despues en la viga de Artyom, que con la muerte de su padre, tendrá que madurar y hacerse fuerte para conventirse en el cabeza de familia.
Rio Publicado Mayo 9, 2008 Publicado Mayo 9, 2008 Me he leído toda la historia, y he de decirte... que es IMPRESIONANTE, realmente me ha gustado y segurísimo me tienes aquí cada por tres. Una pena la muerte del padre, pero con el carácter que le caracteriza seguro que Aytom lo superara y le hará más fuerte. Los partidos después del gran debut no fueron muy allá, pero este chaval es un superviviente y digo que va para crack!. Mucha gente te ha dicho que deberías escribir un libro, yo no te conozco pero lo confirmo, tras leer esta historia. Un Saludo!
Gurthang Publicado Mayo 9, 2008 Publicado Mayo 9, 2008 Capítulo sublime... pero sobre todo la última frase... "La vida es una parada en la que nadie se digna a parar" Joder, tío, ya me veo comprando dentro de 20 años el bestseller de Jesús Morales. Máquina. Ídolo. La frase mola pero hubiese quedado mejor "La vida es una parada en la que nadie se digna a bajar" para no repertir tanto el verbo parar . Como siempre buena historia friki.
MiguelRubio Publicado Mayo 9, 2008 Publicado Mayo 9, 2008 Wow! Pobre Artyom, pero se recuperará haciendo muchos goles y dando muchas asistencias a su amigo y compañero Roman
clumsy Publicado Mayo 9, 2008 Publicado Mayo 9, 2008 Me gusta tu historia, la encuentro diferente, entretenida y original. Desear suerte a Artyom para la proxima temporada, esperemos se pueda reponer al duro trago de perder a su padre. SAlu2
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