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.: Saint Albans City FC :. El ansiado retorno a casa...

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"Volver a casa siempre reconfortante. Si sientes que debes retornar a tu país, pues no dudes en hacerlo ya que seguramente se ha cerrado una etapa y por ello miras hacia otros horizontes"...

Las palabras de Pat Rice, mi alterno en la selección norirlandesa, sonaban en mi cabeza y me daban mayores fuerzas para tomar una determinación que hace un tiempo venía meditando. Irlanda del Norte era mi nación por adopción, Belfast y Glentoran FC mi hogar sustituto pero Inglaterra me reclamaba.

Dejar atrás este país y esta gente, era muy difícil, pero una etapa se había cerrado y no había vuelta atrás. Fueron años maravillosos donde pude forjar una reputación respetable no solo como jugador sino además como entrenador. Formé parte de un Glentoran FC que dominó más de una década y luego como mánager proseguí la senda exitosa y puse al club que me dió todo en el plano internacional. Aún hoy se habla del mítico Glentoran FC que eliminó en Liga de Campeones al Newcastle United FC, AC Milan y Real Sociedad.

Luego llegó el desafío de tomar las riendas de la selección nacional. Tan mal no nos fue. Logramos ubicarnos como la segunda potencia de las Islas Británicas detrás de Inglaterra y relegando nada menos que a Gáles, Eire y Escocia. Pero tener a galeses e ingleses en la misma zona de clasificación atentó contra nuestras chances de llegar a una copa del mundo, de la que Irlanda del Norte no participa desde México '86.

Decidí alejarme imprevistamente de la selección porque no tenía más energías para encarar semejante proyecto y lo hice porque sabía que Mr. Rice continuaría en el cargo. Descubrí en él a un gran profesional y mejor amigo. Saber que proseguiría con el trabajo que impulsamos es una garantía de tranquilidad para mí.

Desde el día que dejé de entrenar al seleccionado nacional norirlandes, una idea se instaló en mi y me tenía contrariado. Deseaba volver a Inglaterra pero por otra parte no quería alejarme de estas tierras. Las palabras de Pat Rice y las de algunos amigos me impulsaron a levantar vuelo y regresar a la tierra de la que partí muy joven, persiguiendo el sueño de todo futbolista: triunfar en el verdadero sentido de la palabra, dejando de lado la acepción que une al éxito personal con la ganancia económica.

Hoy estoy volviendo a mi país con la ansiedad y el entusiasmo de quien regresa a sus raíces. No tengo demasiadas expectativas laborales ya que mi intención es descansar, visitar viejos amigos, recorrer lugares casi olvidados por mí, en fin, reecontrarme con mi tierra. Los demás, como siempre, lo decide el tiempo...

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Viajar fue todo un desafío. Confieso que la ansiedad ganó la pulseada y no pude ni siquiera descansar un poco en el monótono viaje en ferry desde Belfast hacia Liverpool. A mi llegada me sorprendió ver lo cambiado de algunas regiones, que acusaron el desarrollo de una nación muy vinculada al plano económico. En cambio, algunos lugares parecen congelados en el tiempo y da la impresión de que por allí el progreso fue esquivo y no decidió instalarse.

Viejos amigos armaron una amena recepción en Preston, hacia el norte a una hora de viaje desde Liverpool, y allí pasé la noche con la idea de viajar hacia el sur del país al día siguiente. Me despedí de mis viejos amigos y prometí volver a reencontrarme con ellos. Mi próximo destino sería Saint Albans, mi ciudad natal, en el centro del país y en uno de los lugares más poblados y bellos del país: el Severn inglés.

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Llegar a Saint Albans fue más emocionante que haber desembarcado en Liverpool. Los recuerdos de mi juventud se mantenían intactos, al igual que la vieja ciudad que me vió crecer. Lo que supo ser una de las poblaciones más bellas del país le dió paso a una mixtura entre caraterísticas medievales y modernas. En seguida se revolucionó el lugar. Varios compañeros de la infancia se acercaron a mi domicilio, muchos acompañados por sus hijos quienes ni siquiera me conocían. Admito que fue emocionante y que jamás imaginé un reencuentro igual.

Los días siguientes transcurrieron iguales al de mi arribo a Inglaterra. Encuentros con viejos conocidos, cenas interminables con gente que no veía hace años y en todo momento reinaba la satisfacción y la tranquilidad de estar a resgurado, donde uno pertenece.

Con el correr de las semanas me decidí a visitar gente que hace mucho no veía. Hemel Hemsptead, Marlow, Wycombe, Lutony Dunstable formaron parte de un periplo viajero que disfruté como pocas veces. Finalmente me reconocía a mí mismo el acierto de haber retornado a Inglaterra.

Como no podía ser de otro modo, el fútbol comenzaba a recuperar mi atención y mi ubicación me daba la posibilidad de visitar muchas ciudades con poco viaje, por lo que podía ver encuentros de diverso nivel y retornar a mi hogar sin desgastarme horas viajando. Además, tanto Londres distaba a tan solo media hora de viaje en tren por lo que el panorama de posibilidades se volvía aún más tentador.

Pude ver fútbol de primer nivel, en estadios imponentes y ante aficiones multitudinarias pero reconozco que el espectáculo que ofrecen las divisiones inferiores del fútbol inglés es inigualable. Estadios pequeños, poco público pero muy ruidoso, fanáticos seguidores y partidos luchados le dan cuerpo a una atmósfera nostálgica, que me remontó a mi épocas de joven jugador.

Poco a poco el fútbol comenzó a ganar espacio en mis días y no había fin de semana en el que no me acercara a algún estadio para observar cotejos de fútbol. Comenzaba a añorar las jornadas de trabajo pero no me desesperaba ya que asumí este período como un merecido descanso.

De todos modos, ya había rumores de que varios clubes norirlandeses e irlandeses intenterían repatriarme hacia el archipielago irlandés con el objeto de que acepte dirigirlos. Glentoran FC, Portadown FC y Bohemians FC insinuaron un acercamiento ya que consideraban que mi figura podía asegurarle suceso tanto en las competencias locales como en el plano contiental. Ante el acoso de los medios, rechacé de plano cualquier retorno a Irlanda del Norte o Eire. Cada día que pasaba tenía más y más ganas de quedarme en Inglaterra.

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A más de un mes de mi arribo en tierras inglesas, seguía disfrutando de este descanso, alternando mañanas de lectura con tardes en algún club observando entrenamientos. Hemel Hempstead Town FC, de la homónima vecina ciudad, se convirtió en un lugar habitual ya que conocía a parte del cuerpo técnico, muchos de ellos compañeros u ocasionales rivales en mi juventud.

En una de esas tardes, a mi regreso descubrí un mensaje en mi contestador automático que me causó mucha sorpresa...

"Mr. Wilko, soy Steve Eames, Secretario del Saint Albans City FC y deseo ponerme en contacto con Ud. ya que estamos sumamente interesados en agasajarlo con un aperitivo en su honor devido a su retorno a la ciudad. Sabiendo que es un ex-jugador de esta institución consideramos apropiado realizar una pequeña ceremonia donde le entregaremos una plaqueta conmemorativa en reconomiento a su larga trayectoria. De ser posible pongase en contacto conmigo en las próximas 24 horas. Gracias..."

Mi primer club, el que me vió nacer, tenía intención de agasajarme. Primero reaccioné con incredulidad pero unos minutos después me alegró saber que después de tantos años me recordaran y decidieran premiarme. Allí pasé mis primeros años como jugador de un plantel superior y el destino quiso que mi carrera siguiera en otros clubes ingleses primero y en Eire e Irlanda del Norte luego. Hasta el momento había preferido mantenerme al márgen y no visitar sus instalaciones porque no quería generar polémicas o malos entendidos con la prensa, tan ávida a la polémica como pocas.

Decidí contestar al llamado de Mr. Eames al día siguiente bien temprano en la mañana y encontré del otro lado del teléfono a una persona joven, muy respetuosa y amable con el que coincidimos en realizar el lunch en dos semanas, previo a un importante encuentro que el equipo local disputaría frente al Sutton United FC, que en caso de una victoria del Saint Albans City FC les aseguraría el ascenso a la División Conferencia Sur, flamante categoría que hará su debut en la próxima temporada y que albergará a 22 equipos con potencial para acceder a la División Conferencia Nacional.

Los días subsiguientes transcurrieron con cierta revolución ya que varios medios me entrevistaron y se interesaron en la recepción que el club haría en mi nombre. A medida que se acercaba el momento más me entusiasmaba con la posibilidad de reencontrarme con viejos amigos y obviamente de que el club se acordara de mí.

Hasta que llegó el día esperado. Al mediodía pasaron a buscarme y al llegar al club me encontré con varios ex compañeros que no veía hace tiempo. Brindamos, charlamos animadamente y antes de la disputa del partido, en el centro del campo de juego y ante 924 espectadores y medios de comunicación presentes, recibí una plaqueta y el caluroso aplauso de la afición. Observé el partido en el palco principal y la victoria del Saint Albans City FC por 2-1 en el remozado Clarence Park le permite a este tradicional equipo obtener el ansiado ascenso, hecho muy festejado por la parcialidad que masivamente apoyó a su equipo.

Fue una tarde muy emotiva. Clarence Park se vé distinto, muy cambiado desde que me marché de aquí aunque para mi sorpresa el Presidente, John Gibson, es un reconocido socio que luego de 22 años de adhesión al club se convirtió en el pope máximo de la institución y decidió no hacerle grandes modificaciones a un estadio que conserva ese aire anticuado y que permite vivir el partido como en pocos lados es posible.

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Me marché rumbo a mi casa con la promesa de volver y sobre todo con el augurio de reunirme en una oportunidad no muy lejana con Mr. Gibson para recordar viejas épocas y ponerme al tanto de la situación actual del Saint Albans City FC. Estaba exhausto. Habían sido muchas emociones para tan sólo un día.

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El reconocimiento que me realizó mi viejo club aun estaba fresco en mi memoria cuando recibí una llamada de Mr. Gibson quien nerviosamente solicitaba tener un contacto urgente conmigo. Lamentablemente, ya que me había comprometido con algunos amigos a viajar hacia Southampton para observar un encuentro del club local por lo que le propuse encontrarnos a mi regreso. Tal fue su urgencia que decidió contarme todo por teléfono...

- Steve Castle es nuestro mánager hace cuatro temporadas. Bajo su mando logramos el ansiado ascenso pero debido a serios problemas familiares nos ha comunicado ayer por la noche que no podrá dirigir a nuestro equipo ya que necesitará tomarse al menos una temporada lejos de la ciudad. Estoy desesperado porque no queda mucho tiempo para comenzar la pretemporada y nadie quiere hacerse cargo del primer equipo...

- Mr. Gibson me apena mucho escuchar eso. Justo cuando logran un importante ascenso y con lo difícil que es mantener la base...

- Es por ello que me tomé el atrevimiento de llamarte y aunque se que no es momento ni forma apropiada quiero pedirte un gran favor. Ya lo discutí anoche de urgencia con la comisión directiva y todos están de acuerdo en que te ofrezca el puesto de mánager. Somos concientes de el Saint Albans City FC no está a la altura de tus pergaminos pero sería algo momentáneo, hasta que podamos conseguir un entrenador acorde al nivel del equipo...

Escuchar esa propuesta fue sorprendente. Con total humildad, Mr. Gibson siguió su argumentando su exposición mientras yo no podía salir de mi asombro por como se iban dando las cosas...

- Somos concientes de que estás en pleno descanso pero si me atreví a molestarte es porque no tenemos otra alternativa. Las fechas se acortan y hay cosas que definir acerca del equipo. En caso de que accedas a colaborar con nosotros, tendrás vía libre en caso de que algún otro club decida contratarte. La idea es que tu presencia motive a un grupo que hoy está desconcertado porque Mr. Castle no aparece por las prácticas desde hace varios días debido a sus cuestiones personales. Si me atrevo a pedirte esto es porque se de tu predispocición. En fin, ¿Aceptas dirigir al Saint Albans City FC?

- Mire Mr. Gibson, es un honor saber que ustedes me tienen en cuenta y respecto a lo del nivel del equipo eso es lo de menos, lo que interesa es la actitud. En estos momentos no puedo decidir nada porque primero me toma de sorpresa y segundo, estoy a menos de una hora de ausentarme de la ciudad para pasar un fin de semana con amigos. Si le parece, cuando regrese nos reunimos y allí le haré saber mi decisión...

- Me parece perfecto. Tómate estos días para pensarlo y disfruta de tu viaje a Southampton. Agendaré una reunión con la comisión directiva para el próximo martes y allí nos harás saber tu decisión. Gracias por atenderme, hasta pronto...

Y corté. Asombrado por lo inesperado de la propuesta, debo admitir que los días que siguieron me la pasé pensando en la oferta que me habían realizado pero un sinfín de preguntas rondaban mi cabeza. ¿Era momento adecuado para hacerme cargo de un equipo desconocido? ¿No arriesgo mi reputación al tomar las riendas de un club chico y sin aspiraciones? ¿Podría asumir semejante compromiso si hace unos meses decidí descansar porque no tenía energías? Por otro lado era conciente de que aún nadie se había interesado en mis servicios y que en este país era casi desconocido, por lo que comenzar desde abajo, con sacrificio, tal vez podía ser una buena apuesta. De a poco fui encontrando respuestas para todas y cada una de las preguntas que me hacía a mí mismo y en todos los casos llegaba a la misma conclusión: tengo condiciones suficientes para aceptar este reto y llevar al club a buen puerto.

Finalmente tomé una decisión. Medité hora tras hora acerca de mis determinaciones y concluí que hacerme cargo de mi ex-club sería todo un desafío que pondría a prueba mis conocimientos y mi capacidad. En Irlanda del Norte demostré que podía dirigir y ponerme al frente de un equipo. Gané todo, pero aquí debía forjarme un nombre y lo mejor era comenzar desde lo más bajo, construír mi nombradía ladrillo a ladrillo.

Comuniqué mi resolución a la comisión directiva que se alegró de parabienes por contar conmigo al frente del equipo. Sólo puse como cláusulas algunos puntos que no dudaron en aceptar: total control sobre fichajes y cuestiones inherentes al plantel y cuerpo técnico y la posibilidad de evaluar ofertas de otros clubes fueron los puntos más salientes de mi nuevo e inesperado vínculo con un elenco de fútbol.

Sorpresivamente volvería a dirigir. A pesar de que la idea era seguir de vacaciones, la propuesta no dejó de resultarme interesante. Volví a Inglaterra, tengo la posibilidad de debutar como entrenador en mi país natal y además lo haré en mi primer club. Soy el nuevo mánager del Saint Albans City Football Club. El ansiado retorno a casa era completo...

Animo Wilko, ya veo que te animastes a partir hacia Inglaterra :)

Esperemos que algun dia vengas a España y haber si puedes hacer pasarnos de Cuartos :biggreen:)

Quien superara tus historias no lose para mi por lejos las mejores, toda la suerte del mundo en Inglaterra, donde un nuevo periodo comienza 8)

suerte wilko, aunke tu, cojas al ekipo k kojas lo haces bien :biggreen

pedazo de desafio wilko mucha suerte :biggreen

Impresionante comienzo. Aqui tienes un hincha más!!!!

Mucha suerte en tu nueva aventura :biggreen

Buen equipo , con uno de los mejores jugadores de la cateogia , Ben Walshe

Mucha suerte para el gran maestro de las historias :biggreen

puf wilko, siempre es un placer leer tus historias, sin duda de lo mejorcito

confio en k vas a hacer algo increible, como en su dia hiciste con el glentoran, ya que lo k tu sabes de las islas britanicas no lo sabe mucha gente.. ni siquiera los k viven ahi :biggreen

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