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Apunto estamos. Cada vez mas cerca del sueño de la Champions League. Miedo me da el que te pueda tocar, ya que supongo que el bajo coeficiente te hará jugar ante uno de los grandes de Europa. Pero todo es posible.

Suerte!

buenas PioPio!

La verdad es que tenía muchas ganas de seguir una historia tuya en directo (comentando día a día) porque leí la vida de Artyom Vasily que fue una historia mítica, pero una vez acabada, e incluso la historia que hiciste con la selección de Bermudas. He de decir que siempre he querido felicitarte por la primera y no había tenido la ocasión, creo que fue la historia que hizo que me decantara yo más por las historias con trama que no las que simplemente dan el resultado y comentan los aspectos tácticos, además la trama es un arte y la historia de Vasily igual que Forced Landing de @Viggo o incluso futbolistas de Andrew, creo que son historias que marcan época y tienen una trama increíble. Pues eso, enhorabuena!

Esta historia me ha vuelto a enganchar, porque la trama de la corrupción de partidos en una zona delicada como es Serbia, donde hay mucho delito y mafias, además de que se trata he leído de provocar la "paz mundial" si no me equivoco, me ha atraido muchísimo de hecho soy fan de Stankovic por querer parar toda esa corrupción aunque ve que él prácticamente es un pelele.

Respecto a lo deportivo... ¿qué decir? estás en fase de grupos de Champions y en liga vas fenomenal, ya iré comentando poco a poco que no quiero soltar ahora un tocho jajaja.

Saludos y sigue así!

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@ruben_rubiales

Sí, a tan solo dos partidos de la Fase de Grupos. Sería un logro sin precedentes, aunque también estaría bien meternos en Europa League. Nos tocará uno de los equipos clasificados junto a nosotros, y no ninguno de las grandes ligas que entran directamente en esta fase. Son las nuevas normas del sorteo de Champions. De todas formas, está claro que quien toque será un rival muy, muy difícil.

@Sergi_madrid

¡Hola Sergi!

Muchas gracias por tus palabras amigo, de verdad. Hace ya bastante tiempo de aquello, parece que fue en otra vida. Disfruté muchísimo con aquellas historias, y después de un tiempo pensando en que jamás volvería a esta zona, aquí me tienes: disfrutando igual con esta partida y esta trama que poco a poco he ido elaborando.

Me alegro mucho de que esta historia también te esté atrapando. Creo que poco a poco he ido enmarañándola cada vez más, y me gustaría seguir adelante con ella. Tengo varias ideas que espero queden bien plasmadas. Stankovic se está viendo atrapado entre dos grupos de manera inconsciente, y pronto tendrá que tomar bando...

Queda una eliminatoria para acceder a la fase de grupos, ojalá lo consigamos. Y en Superliga tendremos que defender el título, así que habrá pocas ocasiones para pinchar.

Un saludo a ambos y muchas gracias por participar.

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- ¡Ya salen los equipos!
Aboubakar bramó en serbio unas pocas palabras con un acento extraño. Pero se entendió lo suficiente como para que sus compañeros, así como Zoran, Milena y Matt, rodearan agresivamente la televisión de las oficinas del club. Unos minutos antes había acabado la sesión matinal de entrenamiento y casi toda la plantilla había decidido quedarse en las instalaciones del equipo para ver el sorteo de la tercera y definitiva fase de clasificación para la Fase de Grupos de la UEFA Champions League.
Tras eliminar al Union Luxemburgo y al Hapoel Tel-Aviv, se antojaba un último rival más complicado. No sería ninguno de las grandes ligas, pero había contrincantes de muchísima entidad entre los posibles. Zoran miraba concentrado la pantalla del televisor, sin hacer caso a cualquier otra conversación que se estuviera fraguando en la habitación en aquellos momentos.
Su concentración, sin embargo, no iba enfocada tanto al sorteo en sí, sino a los tejemanejes de su mente. Se perdía en laberintos oscuros desde que había hablado con su padre. Seguía sin entender de qué iba todo aquel proyecto que tenía entre manos con Branko. Lo que tenía claro es que si se había mezclado con un Tarlaç, algo bastante grande debía estar pasando. O estaba a punto de pasar.
Como quien sale de un ensimismamiento profundo e inconsciente, Zoran desvió la mirada un momento y vio a Matt, sentado en la mesa con su portátil, preparado para comunicar en las redes sociales del club el rival de la eliminatoria decisiva. A dos partidos de pertenecer al selecto grupo de los mejores 32 clubes de fútbol de Europa. Sería el mayor logro de la historia del FK Vojvodina.
Matt preparaba todas las acciones de comunicación a seguir una vez conocido el rival de la tercera eliminatoria. Sin embargo, lo hacía de manera automatizada, guiándose por los guiones establecidos semanas atrás con las anteriores fases. En su mente pensaba en su trabajo. En el de verdad, y no en aquella tapadera que cada vez era menos consistente y, lo peor de todo, menos deseable.
Sabía que había mucho en juego con la siguiente eliminatoria. Y quizá con toda aquella temporada del FK Vojvodina. Los Balcanes podrían florecer de una vez por todas, o volver a caer en la corrupción local. Al menos así es como ellos lo veían. Él, no obstante, no lo tenía tan claro como cuando había llegado por primera vez a Novi Sad. Era consciente de que la gente de aquella ciudad, y de aquella región, estaba dispuesta a luchar por un cambio. Lo que no tenía claro era si lo harían conociendo la identidad de sus rivales. No podía haber otra Guerra Civil.
Los responsables de la gala de la UEFA comenzaron a sacar bolas con nombres de los diversos equipos presentes en el sorteo. Celtic Glasgow y Rosenborg quedaban emparejados a las primeras de cambio.
- Dos rivales potentes menos... -Suspiró Nemanja Radoja.
- Todos son potentes, Nemanja -apuntó severo Branislav Trajkovic.
Tras salir un emparejamiento de los clasificados de la segunda fase, salió otro de los equipos que entraban directamente en esa instancia de la UEFA Champions League. Inter de Milán y Fenerbahce se verían las caras por un puesto en la fase de grupos.
Se siguió con el sorteo y hubo dos nuevas eliminatorias en el calendario: Lech Poznan-APOEL Nicosia, y Steaua Bucarest-Sparta Praga. Tras salir los nombres de Borussia Dortmund y Sporting de Lisboa, y los de Arsenal y PSV Eindhoven, tocó el turno deseado por todos.
- FK Vojvodina -anunció el encargado de sacar la bola del equipo serbio.
- ¡Ahí estamos! -Gritó entusiasmado Marko Poletanovic.
Los siguientes segundos parecieron ser eternos. Solo había tres rivales restantes: el Red Bull Salzburgo austríaco, el Helsinborg sueco, y el que nadie quería que saliera. Porque, de tocar, sería una eliminatoria de guerrilla, a verdadera vida o muerte.
Y, pese a todo, tocó.
- Dinamo Zagreb.
Todos en la habitación callaron. Lo único que se podía escuchar era el teclear de Matt, que actualizaba a toda velocidad las redes sociales del club así como su página web. Esa eliminatoria daría mucho juego. Campeón de Serbia contra campeón de Croacia. El duelo futbolístico de los Balcanes por excelencia con un nuevo invitado. Un Vojvodina novato en un choque doble de aquella intensidad. Con el mayor premio posible. No hablábamos de una copa veraniega inventada para determinar al campeón de una región europea, ni a amistosos de amabilidad.
Hablábamos de un puesto en la Fase de Grupos de la UEFA Champions League.
Además, hablábamos del campeón de la liga croata. De un Dinamo Zagreb con varios de los mejores talentos del fútbol balcánico. Con tres internacionales absolutos, ocho miembros de la selección sub21, y nueve integrantes de la selección juvenil de Croacia. La gran mayoría pertenecientes a una plantilla de un poderío muy superior al del Hapoel Tel-Aviv, y, probablemente, al del propio Vojvodina.
Varios jugadores comenzaron a hablar entre ellos. Zoran se levantó y salió para meditar las posibles estrategias a llevar a cabo. La parte positiva era que el primer partido se jugaría fuera, y todo se decidiría en el Karadorde. Novi Sad no defraudaría ante los vecinos croatas. Se trataba del único partido en el que tanto los aficionados del Partizan como los del Estrella Roja animarían al Vojvodina.
Se asomó al pequeño balcón desde el que veía el verde de su estadio. Su casa. Sintió que alguien salía a su encuentro.
- ¿Qué te parece? -Preguntó Milena, que se puso a su lado.
- Cualquier rival es difícil.
- No estoy con la prensa, Zoran -sonrió ella.
- Sé que no podía tenerlo como rival, pero hubiese preferido al mismísimo Inter de Milán.
- ¡No exageres! -Reaccionó sorprendida Milena- Era el menos deseado, pero estoy segura de que podemos ganarles.
- Podemos, claro -contestó confiado-, pero me preocupa todo lo que envolverá estos dos partidos. Esta maldita rivalidad sangrante que no podemos dejar atrás... Es gracioso en el día a día -admitió-, pero deja de tener gracia cuando hablamos de política, o de fútbol.
Zoran era consciente de lo que movería aquella eliminatoria. El ganador sería el dueño de la verdad futbolística en los Balcanes. El derrotado poco menos que la vergüenza de su país, incluso de su afición. Todo se llevaba a los extremos cuando se hablaba de la rivalidad histórica entre serbios y croatas.
- Es injusto, ¿sabes? -Prosiguió Zoran- Nosotros solo vamos a jugar al fútbol. A hacer nuestro trabajo y hacerlo lo mejor posible. No queremos representar algo que no sea la ilusión de nuestra ciudad, de nuestros aficionados,... En fin -suspiró-, supongo que será mi trabajo aislar a los chicos de toda esa mierda.
- Por eso sé que podemos ganarles -repitió Milena.
Ocasionó la sonrisa inocente y pura de Zoran, que seguía bajando la guardia cada vez que estaba cerca de ella. Cada vez olvidaba más el pasado y lamentaba más el presente. Ana seguía ahí, como una verdad latente en su vida y en su día a día. De hecho había hecho planes para comer con ella.
- Me tengo que ir -dijo mirando el reloj.
- Claro. Que te vaya bien -dijo Milena.
- Gracias. Lo mismo te digo.
Contestó mientras se iba y le acariciaba levemente el brazo, como deseando hacer algo más, anclarse a ella.
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Crónica. En un Estadio Maksimir a reventar, con más de 21.000 almas croatas y alguna que otra tímida representación serbia, el Dinamo Zagreb recibía al Vojvodina en un choque de titanes de los Balcanes. No solo estaba en juego el orgullo futbolístico de toda una región, sino un billete para la ansiada Fase de Grupos de la UEFA Champions League. Las bengalas recibieron a los veintidós jugadores, que nada más pisar el terreno de juego sintieron los gritos de la hinchada azul, que exhibía también la bandera tricolor y insignia naval: el ajedrez rojiblanco.

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Aspecto que lucía el Maksimir de Zagreb

Los locales salieron con un esquema bastante conservador: un 4-1-4-1 con el eslovaco Jakub Sylvestr como referencia ofensiva. La línea de cuatro centrocampistas fue conformada por el bosnio Husejinovic y los canteranos Brozovic, Tomecak y Pamic. En la contención Arijan Ademi, por delante de la zaga compuesta por Milic, Samateh, Simunovic y Vrsaljko. Bajo palos Kelava. Un total de siete canteranos en el once.

Por parte visitante, Zoran Stankovic también retrasó un poco las líneas y pobló el centro del campo con cinco jugadores. Supic bajo palos; Nastic, Janjusevic, Trajkovic y Vulicevic como cuarteto defensivo; Oumarou y Smiljanic en las bandas del centro del campo, con Mitosevic y Radoja como doble pivote; el canterano Nebojsa Kosovic como enganche y Luka Djordjevic de delantero centro. Destacó la alineación de Aboubakar Oumarou en la banda izquierda y tan atrasado. Los de Novi Sad pusieron sobre el terreno de juego seis canteranos.

Oda, sin lugar a dudas, al fútbol de los Balcanes.

Y los primeros compases del partido fueron, sin lugar a dudas, propio de un duelo balcánico: mucho centrocampismo, lucha aguerrida por todos los balones sueltos, y fútbol directo mezclado con la combinación en metros finales. El primero en avisar fue Husejinovic, quien en una internada por la banda estuvo a punto de sorprender con su disparo a su compatriota Supic. No obstante, las oportunidades siguientes llegaron siempre desde las botas de Luka Djordjevic. El montenegrino ganó una y otra vez la espalda a la pareja de zagueros de un Dinamo Zagreb que no encontraba la manera de contenerlo. Por desgracia, el ex jugador del Zenit no parecía tener su día y mandó tres disparos muy desviados a la portería de Kelava.

En el minuto 18 llegó el primer aviso serio del partido: Oumarou atrae a la defensa, cede al borde del área a Radoja, y el canterano manda un pelotazo al larguero que retumba en el Maksimir. Sin embargo, cosas del fútbol, el gol llegaría un minuto más tarde y en la otra portería. Balón en largo al área de Supic que despeja la zaga de Novi Sad. El balón alto y suelto lo cabecea Kosovic buscando la cesión a su guardameta, con tan mala fortuna que no ve a Sylvestr, quien se adelanta y aprovecha el desconcierto rival para marcar a placer el 1-0.

Fallo de bulto que provocó la alegría en las gradas de Zagreb y cierta pérdida de fe en el juego serbio. El Dinamo se hizo dueño y señor del balón, y tan solo Djordjevic con acciones puntuales conseguía llevar peligro al área local. Los croatas, por su parte, acumulaban ocasiones de gol no muy claras, mientras amasaban la bola y desequilibraba sin mucho efecto la estadística de posesión.

Se llegó al descanso con el marcador de 1-0 y con la necesidad del Vojvodina de que el árbitro decretara aquel intermedio. Sin ideas, maniatados y ávidos de un revulsivo o un descanso.

Y los quince minutos de descanso no pudieron ser de más ayuda para los serbios. La pifia de la primera parte fue devuelta por la zaga del Dinamo. Vrsaljko intentó evitar un saque de banda a la desesperada, con tan mala fortuna que su golpeo fue a parar a los pies de Djordjevic. Este, libre de marca, se metió entre la pareja de centrales y fusiló a placer a un vendido Kelava. Corría el minuto 48 de juego, y el Vojvodina lograba un gol que, fuera de casa, tenía un valor importantísimo.

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Celebración del Vojvodina tras el tanto de Djordjevic

El entrenador local respondió al empate sacando del terreno de juego a uno de sus centrocampistas para dar entrada a Duje Cop, delantero croata de 23 años con muchísimo gol. Junto a Sylvestr, empezó a causar estragos en la defensa de los de Novi Sad pero sin lograr en ningún momento plantarse con claridad ante Supic. Por su parte, Stankovic sacó a un Kosovic algo perdido durante todo el choque para plantar un doble pivote formado por Poletanovic y Radoja, con Mitosevic en la contención entre el centro del campo y la defensa.

Se cumplió la hora de juego con los mejores minutos del Dinamo Zagreb, que apretaba sin descanso a un cansado pero bien posicionado Vojvodina. En el minuto 78, sin embargo, los serbios estuvieron a punto de silenciar el Maksimir. Poletanovic, desahogado, disparó fuerte y raso hacia la base del poste izquierdo de Kelava. El cancerbero, con una estirada de mérito, logró desviar el esférico, que acabó lamiendo el palo.

Los últimos minutos transcurrieron con mayor calma. El Dinamo Zagreb seguía siendo dueño y señor de la pelota, pero era consciente del peligro del Vojvodina y rechazaba la idea de cargar con todo por temor a un 1-2 que sería realmente difícil de levantar en el Karadorde.

Al final, empate a 1 que deja las espadas por todo lo alto y que puede ser considero por parte serbia como un resultado realmente bueno. Novi Sad dictará sentencia.

Ya se huele la Champions, y que difícil es este camino!!! Ganando el campeonato serbio tener que jugar tres eliminatorias para poder pasar a la Fase de Grupos más que un camino a la gloria es un calvario :)

Pasamos de ronda en tierras hébreas, no sin sufrimiento y tras un muy competido partido en el que según parece acabamos pidiendo la hora después de que nos colocaramos con una ventaja muy importante que no se supo mantener y al final tocó sufrir para alcanzar la última etapa y poder aspirar a clasificarnos a nuestra particular Tierra Prometida.

Gran encuentro el de la ida ante el Dinamo de Zagreb. Rival que sobre el papel cuenta con todo el favoritismo ya que tienen mucha más experiencia que nosotros en estas lides pero a ilusión en estos momentos no nos gana nadie como demuestra ese tanto de Djordjevic que silenció el Maksimir y esperemos que ayude a que el Karadorde se incendie para la vuelta, aunque jugando contra nuestros "amigos" croatas y con lo que hay en juego no hace falta ninguna chispa para que se incendie creo yo :). Promete ser otro partido apasionante ese choque de vuelta y espero que el fútbol, la suerte y los goles estén de nuestro lado y podamos certificar un gran éxito en la historia de este club como es la clasificación para la máxima competición europea.

Saludos! Mucha suerte para esa vuelta!!

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@Mapashito Pues sí, está claro que la Jelen Superliga no es una competición de prestigio en Europa, y que ser campeones no nos asegura ni mucho menos la Champions. Pero en esta primera experiencia estamos ya a un pasito.

El Hapoel fue un rival bastante fuerte, pero creo que hicimos un fútbol genial en ambos partidos, aprovechando al máximo nuestras ocasiones y siendo muy superiores a los israelíes. Al final ganamos justamente, creo.

El partido de vuelta será igual de duro y de peleado que el de la ida. Esperemos que se resuelva a nuestro favor. Jugar la Europa League es un buen premio, pero ahora mismo nos sabría a muy poco. Ellos tendrán que salir a marcar algún gol sí o sí, y espero poder aprovechar eso atacando y marcando nosotros primeros.

Un saludo amigo, y gracias por participar.

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Crónica. Noventa minutos para la gloria. O para la más auténtica vergüenza balcánica. FK Vojvodina y Dinamo Zagreb se daban cita en un Karadorde abarrotado, bañado del rojo de las bengalas y de las camisetas locales. Los aficionados habían vuelto a colapsar por completo Novi Sad. La ciudad vivía por y para el equipo de fútbol, que estaba a tan solo un partido de entrar en la Fase de Grupos de la UEFA Champions League. A punto de estar entre los 32 mejores equipos del continente.

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Las gradas del Karadorde bañadas de rojo

Stankovic varió su sistema con respecto al encuentro ida y dispuso sobre el terreno de juego un 4-4-2 tradicional con Supic bajo palos; línea de cuatro en la zaga formada por Rodic, Nastic, Trajkovic y Vulicevic; otros cuatro en la medular del campo como Sarpong y Smiljanic por las bandas, y Mitosevic y Radoja como doble pivote; y dupla en ataque conformada por Djordjevic y Oumarou. Por su parte, Krunoslav Jurcic repitió prácticamente el once de la ida, optando eso sí por Cop como referencia ofensiva. Un 4-1-4-1 con mucho músculo en el centro del campo pero siempre con la dosis de creatividad balcánica que aseguran los futbolistas croatas.

El 1-1 de la ida solo aseguraba una cosa: que el Dinamo Zagreb tenía que marcar un gol si quería aspirar a pasar a la Fase de Grupos de la Champions. Un 0-0, o cualquier marcador con un cero en el casillero de goles de los croatas, daría el pase al Vojvodina.

Y quizá fue eso lo que motivó la mentalidad que tuvieron ambos equipos.

Si bien el primer acercamiento al área rival fue de los serbios por mediación de Luka Djordjevic, que mandó un disparo lejano cerca del poste de la portería de Kelava, lo cierto es que la primera mitad fue, en peso, un monólogo del Dinamo Zagreb. El bosnio Husejinovic fue quien llevó más peligro en los primeros compases, gozando de una doble oportunidad en los minutos 14 y 16. En el primer caso, Supic logró sacar una manopla estupenda para evitar el tanto; en la segunda, el disparo del internacional por Bosnia y Herzegovina salió rozando el larguero.

Fueron los dos primeros avisos de lo que se vendría encima a los de Novi Sad. El Vojvodina se vio superado en todas las alturas del terreno de juego. Nunca se encontró cómodo y apenas aguantaba la posesión. Al correr del minuto 33 los locales dispararon por segunda vez en la noche, y fue otra vez gracias a Djordjevic. Luka encontró una ocasión de la nada y con una semivolea probó a un Kelava que, quizá por la inactividad, tuvo que atrapar en dos tiempos.

Más allá de eso, el desierto. Apenas un oasis en el ataque serbio. Los croatas, por su parte, no aminoraron en su posesión pero sí en la efectividad de la misma. El Vojvodina, vista su inoperancia ofensiva, consiguió plantarse mejor sobre el terreno de juego y defendió de manera más sólida. Hasta el descanso apenas hubo más novedades y se llegó con 0-0 en el marcador y muchísimos murmullos en las gradas del Karadorde.

Hablamos del campeón de la Jelen Superliga, sí, pero también del subcampeón de Copa. Un campeonato perdido allí mismo, en los penaltis, cuando todo estaba a favor. Por tanto, las dudas instaladas en las mentes de todos los aficionados tenían un soporte pasado de bastante peso. Stankovic optó por reforzar la defensa y sacó a Radoja para meter al central Djuric. El cambio se vio reflejado nada más iniciarse la segunda mitad. El juego se estancó y comenzaron a fluir las tarjetas amarillas en ambos bandos.

El central de Gambia Lamateh Samateh cabeceó un córner en el minuto 53 que supuso la primera prueba a puerta de toda la segunda parte. Pero sería diez minutos más tarde, al correr del 63', cuando ocurriera la jugada polémica del partido y quizá de toda la eliminatoria. Husejinovic apuraba la banda y mandaba un centro raso al primer palo. Cop le parecía ganar la posición a Trajkovic, pero en un forcejeo el delantero croata acababa por los suelos y el balón mansamente en las manos de Supic. Tanto el bosnio como el punta visitante corrieron hacia el árbitro para quejarse de la acción mientras la acción continuaba.

Algún que otro acercamiento croata, y nuevo cambio de Stankovic, que sacaba del rectángulo de juego a Oumarou para dar entrada a Nebojsa Kosovic, que retrasaría su posición con respecto a la del camerunés. En el minuto 81 el centrocampista Brozovic, una de las grandes perlas de futuro de Croacia, mandó un zurdazo al larguero que silenció por completo a un Karadorde que no veía la hora de que el colegiado señalase el final del partido.

En la banda Stankovic no paraba quieto, y sus pupilos protestaban todas y cada una de las decisiones arbitrales. El cuarto árbitro señaló que se prolongaría el encuentro cuatro minutos más. El Dinamo Zagreb lo intentaba de una manera, de otra, con corazón, con cabeza,... Pero no había manera. Los astros estaban del lado local y pasados 94 minutos de juego, y de poco fútbol, acababa el choque con 0-0.

Varios jugadores se tiraron sobre el césped para celebrar con lágrimas de esfuerzo y alegría. Los otros corrieron hacia las gradas para festejar con los aficionados. Los que estaban en el banquillo saltaron con todas sus fuerzas mientras Stankovic, impávido, miraba al cielo sin moverse ni un ápice.

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Los jugadores, extenuados, celebran con los aficionados un hito histórico

  • 3 meses más tarde...
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- Lo has conseguido, Zoran...

El FK Vojvodina jugaría la fase final de la UEFA Champions League. Uno de los mejores 32 equipos de Europa. Uno de los 32 equipos que participaría en la mayor competición futbolística del Viejo Continente. Novi Sad entraba por la puerta grande al panorama internacional. Lo hacía como campeón no solo de Serbia, sino de todos los Balcanes. Derrotando al Dinamo Zagreb y erigiéndose como una de las mayores revelaciones del principio del curso europeo.

El Karadorde seguía siendo una auténtica fiesta. Había pasado ya una hora desde el pitido final, y no se había marchado ni un alma. La mitad de los aficionados permanecían en las gradas; la otra mitad estaba en los aledaños, esperando a sus héroes. Entre ellos, Zoran Stankovic. Su figura era ya idolatrada por la parroquia del Vojvodina. Era un auténtico ídolo de masas. Era ya historia viva del club.

Y él, quizá por el poco tiempo transcurrido, quizá por nunca haberse creído especial, no se hacía a la idea aún. Había felicitado a sus jugadores en el vestuario. Había hablado para una prensa que no dejaba de alabarle. Todo le iba de cara y, aún así, no sabía por qué, tenía la sensación de que algo malo vendría detrás.

Todo eso provocaba su estado taciturno con el que afrontaba más halagos. Estos de Milena. Necesitaba reconectar con ella. O quizá tan solo lo quería. Lo cierto es que se limitó a besarle enérgicamente ante algún que otro aplauso de algunos jugadores que pasaban por aquel pasillo que daba paso a la salida del estadio.

Separó sus labios de los de ella, respiró hondo e intentó hablar. Antes de poder hacerlo, le detuvo el dedo índice de Milena. Aún algo sonrojada, esbozaba una sonrisa enorme.

- Cualquier cosa que vayas a decir empeoraría este momento.

Zoran le agarró la mano con cariño y la mantuvo con fuerza.

- ¿Incluso si te dijera que he sido un cobarde todo este tiempo, y que lo siento?

Milena no contestó y replicó devolviéndole el beso. El tiempo pareció parar. Todo pareció mejorar repentinamente. A pesar del estruendoso ruido que ocasionaban los aficionados, parecía haber silencio entre ellos dos. Mucho tiempo esperando por aquel momento. Un simple paso, tan fácil darlo como dejar de hacerlo. Pero estaba hecho. Nada se lo había impedido.

- ¡Mañana día libre! -Bramó alegre Aboubakar Oumarou al ver a su entrenador.

- No nos pasemos, Abu -dijo riendo Zoran.

Debía salir y recibir el aplauso de todos los aficionados. Milena tenía algo de trabajo que hacer y decidió no ponerse bajo los focos. No le parecía acertado apresurarse de ninguna de las maneras. A Zoran le pareció bien y natural. Le dio un beso en la mano para despedirse de ella, y tras un abrazo, se dirigió hacia la puerta.

Apenas veinte segundos para pensar. Pero veinte segundos en los que pudo resumir toda su vida. Todo parecía limitarse a decisiones. Toda su vida había pensado que no era nadie especial, que nunca lograría hacerse un nombre. Y allí estaba. Héroe de Novi Sad. Un mero entrenador de fútbol convertido en leyenda. En ídolo de una sociedad necesitada de uno. En, quizá y aunque no lo pensara, símbolo de algo por lo que él no quería luchar.

Cerró la puerta tras de sí y encontró un pequeño pasillo facilitado por los policías para caminar. Lo hizo a duras penas, intentando corresponder a todas las manos que los aficionados le tendían. El rojiblanco de su Vojvodina bañaba todo aquel improvisado desfile de la victoria. Empleó casi media hora en hacer un recorrido que normalmente le requería un minuto. Fotografías, autógrafos,... Él no había tocado un solo balón aquella noche, pero era el auténtico hombre del momento. El héroe de todos los Balcanes.

Por fin alcanzó su coche. Vio algo alejado la inmensa marea de personas que seguía celebrando en los aledaños del Karadorde. Pareciera como si lo fueran a hacer toda la noche. Escuchaba varias sirenas de policía acercarse al lugar. Quizá para asegurarse de que todo iba bien. Se subió al coche y estuvo un buen rato sentado, con el motor encendido, así como la radio. La emisora deportiva por excelencia del país se había unido a los halagos a su figura. "El mejor entrenador que ha tenido Serbia en años", "un auténtico hombre de club y de fútbol, "el futuro de los banquillos del país",...

Estaba en Champions. Y lo estaba eliminando al gigante croata. Al representante del fútbol del eterno rival. Lamentó escuchar las noticias que ofrecía uno de los corresponsales del programa en el centro de Novi Sad. Se habían producido varios altercados en diferentes bares en los que los aficionados del Dinamo Zagreb habían presenciado el partido tras la imposibilidad de adquirir entradas. Se hablaba ya de más de treinta heridos en diversas revueltas. El fútbol no podía ser eso. Nunca. Pero lo que ocurría en aquel rectángulo verde trascendía a toda la sociedad. La grandeza y pobreza del fútbol, al mismo tiempo. Por lo mismo.

Estaba a punto de poner la primera marcha cuando se sobresaltó por un golpe seco en la ventanilla del copiloto. Era su padre. No sabía que había estado presenciando el partido. No recordaba si alguna vez lo había hecho desde que era entrenador del Vojvodina.

- Papá.

- Felicidades, Zoran. Estoy realmente orgulloso de ti.

- Gracias -contestó, acabando de bajar la ventanilla. Estaba un tanto asombrado-. No sabía que habías venido al partido...

- Bueno, pensé que era un buen momento de recuperar mi sitio en las gradas...

Su padre era abonado desde hacía veintisiete años. Ofertas, promociones, cambios,... Muchas cosas habían cambiado, pero él siempre había renovado su abono. Sin embargo, la pasada temporada no había ido ni una sola vez al estadio. De ahí el desconcierto de Zoran.

- Ha sido un gran partido. Has sabido jugar el fútbol que necesitábamos jugar para clasificarnos. Has demostrado un gran conocimiento hoy, chico. Digno de un Stankovic...

- ¿Digno de ti?

El viejo Miroslav sabía que saldría por ahí. Siempre había exigido el máximo a su hijo. Y aunque lo de aquella noche le daba la razón en cuanto a las expectativas que siempre había tenido en él, también era consciente de que no había sido el mejor padre posible. Pero eso no le haría dejar caer a su hijo en aquella tormenta que estaba aproximándose.

- Eres mucho mejor que tu padre, Zoran. Yo... Bueno, mírame -dijo, honesto-. No soy nadie y jamás conseguí nada ni tan siquiera parecido a lo que has alcanzado esta noche.

Nunca había escuchado decir algo así a su padre. Zoran no sabía cómo sentirse. Definitivamente todo parecía ir de cara. Hasta su padre reconocía lo que él siempre había querido escucharle. Que había superado su sombra, que había salvado las exigencias a las que siempre estuvo sometido. Llevaba tanto tiempo esperando eso, que no sabía cómo reaccionar.

- Solo quería felicitarte, hijo. Eso... Eso es todo.

- ¿Seguro? -Dijo Zoran, que mantenía la mano en la palanca de cambios.

- El fútbol... El fútbol es lo más grande por aquí, Zoran. Daban igual las guerras, las disputas, las circunstancias. El fútbol siempre ha estado vivo aquí, ¿sabes? Pero...

- ¿Pero qué?

- No puedes separar el fútbol de la política, Zoran.

La misma frase le había dedicado Branko hacía algo más de un año, momentos antes de que aquella aventura comenzara. No lo había olvidado y le vino a la mente rápidamente en cuanto se la escuchó a su padre. Algo estaban tramando.

- Yo no soy político. Nunca me ha gustado la política. Nunca-

- Eres un iluso -le interrumpió bruscamente su padre. Aquel tipo de comentario era más frecuente en él-. Siento decírtelo así, pero... Es inevitable. Y eres un iluso si piensas que nadie te utilizará en el futuro.

- ¿Qué es lo que me quieres decir, Miroslav? ¿Que prefieres utilizarme tú a que me utilicen otros?

- No... Maldición Zoran, no tiene por qué ser tan difícil-

- Tengo que descansar.

Subió la ventanilla y, ni corto ni perezoso, puso la primera y se fue hacia su casa. Su padre quedó parado un buen rato. Se encendió un cigarrillo y presenció durante un buen rato el espectáculo que seguía sucediendo en los alrededores del estadio. Llegó a él su nuevo amigo Branko. La política hace extraños compañeros de cama.

- ¿Se lo has dicho?

- No me ha dejado. No es tan fácil, Branko -le dijo-. Llevo más tiempo en este juego... Poco a poco.

- Menos mal que mi padre no está ya en esta tierra, porque me hubiese matado si llegara a escuchar lo que voy a decir, pero ya lo sabes. Confío en ti.

- Haces bien.

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Que bueno ver tu reaparición! Se echaba en falta esta gran aventura con la Vojvodina, más cuando habías conseguido la proeza de meter al equipo en Champions después de mucho sudar en las eliminatorias previas :biggreen.

Veremos que trama nos espera para esta temporada, parece por un lado que apuestas por retomar viejas relaciones y veremos cuál será el papel del "querido" padre de Zoran y si siguen sucediendo cosas alrededor de ese tema de los amaños que no trajiste la temporada pasada. Una nueva temporada para el "héroe del Karadorde" que esperemos sepa manejar al equipo tan bien como la temporada anterior o mejor, teniendo en cuenta que vamos a competir al máximo nivel europeo.

Bienvenido de nuevo crack! Espero que vaya todo bien ;)

Saludos!

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