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Crónica. El último mes de competición en Serbia daba comienzo con una jornada que parecía, a priori, propicia para que el Vojvodina diera el cuasi último golpe en la mesa. Los de Novi Sad recibían en casa al Radnicki 1923, vivo aún en la lucha por algún puesto europeo. En la capital Belgrado, Estrella Roja y Partizan protagonizaban un nuevo clásico. Un empate, o incluso un triunfo local de los estrellados podría colocar al Vojvodina a ocho puntos de ventaja.

A pesar de que en cuatro días se disputa la final de la Copa de Serbia, Stankovic puso sobre el campo su once de gala. Un 4-4-2 con nombres de memoria. Con Mitosevic haciendo pareja en el centro del campo con Radoja, y Sarpong en el banquillo. Por parte contraria, el Radnicki plantó un conservador 4-1-4-1 que servía de clara declaración de intenciones antes incluso del pitido inicial.

Las primeras ocasiones corrieron a favor de los visitantes. Dragan Milovanovic, el '9' visitante, tuvo un cabezazo que salió rozando el larguero a los cuatro minutos de juego. El juego transcurrió lento, monótono y sin interés alguno. Los aficionados del Karadorde atendían más al videomarcador en busca de novedades en Belgrado que a lo que ocurría en el verde.

En los últimos minutos de la primera parte ambos equipos intentaron estirarse un poco en busca de un gol psicológico que podría valer los tres puntos, visto lo visto hasta el momento. En el 39', una incorporación al ataque de Mitosevic casi acaba en tanto del centrocampista, pero su disparo fue despejado por el guardameta. Milovanovic, pocos minutos después, logró probar a Supic, que a pesar de la inactividad estuvo anteto para blocar el chut del punta de 27 años.

El paso por los vestuarios revitalizó a un Radnicki 1923 que salió con todo y a punto estuvo de desequilibrar la balanza del favor visitante. Marko Miric tuvo dos ocasiones en apenas dos minutos. En el 46' lanzó un disparo al travesaño, y poco después su chut se fue al larguero. Dos palos que salvaron a Bojan Nastic, totalmente superado en ambas ocasiones y que luego redondearía su noche lesionándose en una acción fortuita.

La avalancha visitante cesó eventualmente hasta morir del todo en el minuto 69, cuando el mediocentro Svojic vio la segunda amarilla tras cometer una dura entrada sobre Oumarou. Esto provocó cambios en ambas filas: mientras el Radnikci 1923 sacó a Miric para introducir a un central, Stankovic metió a Sarpong en la mediapunta por Mitosevic.

El cambio sirvió de poco. Los visitantes se encerraron para mantener el punto y fue entonces cuando la posesión estuvo más claramente a favor de un Vojvodina que no tuvo las ideas necesarias para hacerla práctica. Al final, todo como empezó y un punto más para los de Novi Sad en un encuentro que, sin duda, debían haber ganado.

Qué pasó con Partizan y Estrella Roja. Los clásicos de Belgrado protagonizaron un gran derbi en el ''Pequeño Maracaná" que estuvo protagonizado por el joven delantero Ognjen Mudrinski, salido precisamente de la cantera del Vojvodina. Mudrinski anotó dos tantos en la primera media hora de partido, decantando la balanza del favor local. Sin embargo, justo antes del descanso el Partizan acortó distancias por mediación de Scepovic. Tras la reanudación, Mudrinski completaría su hat-trick para asegurar el triunfo local, a pesar de que los partisanos siguieron batallando hasta el final y lograran el 3-2.

Cómo queda la lucha:

1. Vojvodina - 54 puntos

2. Estrella Roja - 48 puntos

3. Partizan - 47 puntos

Jornada 27. Aunque el Vojvodina tiene la final de la Copa de Serbia por delante, pocos días después la lucha por el título de la Jelen Superliga seguirá su curso. Los de Novi Sad jugarán nuevamente en casa y recibirán al Spartak Zlatibor Voda, equipo que ya se encuentra salvado y no aspira a más. El Estrella Roja también repetirá como local, y le tocará recibir al Novi Pazar, que contra todo pronóstico apunta a la salvación. Por su parte, el Partizan visitará al Smederevo, penúltimo clasificado que sigue jugándose la vida.

Buen giro de la trama con todo esto de los amaños de partidos que veremos por donde acaba. Sin duda sería una decepción saber que se ha ganado el campeonato gracias a pagos de terceros a equipos ante los que te enfrentabas y, de probarse, los títulos que pueda conseguir la Vojvodina esta temporada quedarán en entredicho. No hay mal que por bien no venga y eso nos hará esforzarnos más la próxima campaña para demostrar que ganamos sobre el césped y no a través de maletines.

En el último mes destaca por encima de todas esa victoria aplastante en la vuelta de las semis de copa. Conseguiste meter al equipo en ese partido que decidirá el título copero y enfrente estará un rival asequible para levantar el trofeo. Equipo de zona media de la tabla ya con la temporada salvada y sabedores de que la temporada próxima van a jugar en Europa. Todo un logro ya el conseguido por el Hadjuk Rodic, ahora llegan a ese partido sin nada que perder por lo que sin duda puede ser un partido emocionante aunque confío en que se pueda ganar.

Se desinfló un poco el Estrella Roja y lo aprovechamos gracias a un gran mes nuestro pero ahora es el Partizán el que se acerca, menudos cambios dan los partisanos de un mes a otro. Esperemos que en este tramo final se vuelvan a dejar puntos y esa ventaja que llevamos sea suficiente para alzarnos con el título de campeón serbio. La pelea entre los dos equipos de Belgrado se ha trasladado a una posición inferior en la tabla y eso es buenos para la Vojvodina que pese a empatar ese último encuentro mantiene distancias con sus inmediatos perseguidores.

Un saludo! A ver como sigue esa trama de amaños y si al final no se empaña el trabajo del equipo. Mucha suerte en la recta final de la temporada.

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@Mapashito Tendremos que ver cómo se soluciona todo. Lo cierto es que empañaría muchísimo el indudable esfuerzo del equipo y de Zoran, y también ensuciaría el fútbol serbio. Pero está claro que los jugadores son conscientes de que han logrado muchísimas cosas buenas esta temporada, y eso no se lo quitará nadie. La próxima campaña será más grande aún, o eso intentaremos todos.

El susto de la ida se quedó en eso y no fue a mayores, sí. El partido de vuelta lo hicimos todo perfecto y conseguimos la mayor paliza en años para el equipo. En la final somos favoritos por nombre, por plantilla, por jugar en casa... Está todo de cara, pero lo importante ahora será impedir que la presión haga mella en los jugadores. El rival vendrá sin nada que perder, con ganas de hacer historia y romper todos los pronósticos. Perder no sería ninguna sorpresa para ellos, así que tendremos que tener mucho cuidado. Es un partido en el que nada puede fallar.

Pues sí. Nunca se puede dar por muerto al Partizan o al Estrella Roja. Son dos gigantes en esta liga, capaces de encadenar muchas victorias de manera consecutiva. Pero está claro que entramos en la recta final con una ventaja considerable y con una dinámica más o menos buena. Lo tenemos todo de cara para hacernos con el campeonato liguero y el objetivo es ese, sin duda.

Un saludo amigo, y muchísimas gracias por pasar.

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- Tenemos pruebas. Es inútil que sigas mintiendo.
- ¡No estoy mintiendo! ¡Estoy diciendo la verdad!
Probablemente Ana Dobrojevic y Bojan Velickovic eran las primeras personas en muchísimos años que veían sollozar a Branko Tarlaç. A pocas horas de que se disputara la final de la Copa de Serbia en aquella misma ciudad, Novi Sad, las fuerzas de seguridad del país intentaban quebrar de una vez por toda a Tarlaç, el principal y único sospechoso de los supuestos amaños de partidos de la Jelen Superliga.
- Hemos encontrado múltiples transferencias desde una de tus cuentas a diferentes personas relacionadas con otros equipos de la competición. Directores deportivos, presidentes,... Lo que se te pueda ocurrir -repitió por enésima vez Bojan-. ¡Mira estas putas transferencias!
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Le agarró por la cabeza y se la empujó hacia los papeles, que Branko, en aquel momento, podía reproducir ya de memoria. Parecía que ninguno de los dos se cansaba de interpretar sus roles. Quizá porque ambos se creían poseedores de la verdad. Ana, que no compartía aquellas artimañas tan violentas de su compañero y superior, intentó tranquilizar a Bojan. Este, algo nervioso, decidió salir un momento de la sala para respirar un poco.
Ana aprovechó este parón para sentarse frente a Branko y hablar de manera civilizada. Las pruebas estaban ahí y eran irrebatibles. Pero quizá todo aquello tenía un grado de profundidad mayor. Desde que había comenzado todo aquel embrollo, se había preguntado una única cosa: ¿Por qué? Ella conocía a la familia Tarlaç, pero se le escapaban detalles que le apuntaran en una dirección idónea para encontrar el motivo.
- ¿Quieres un vaso de agua? -Preguntó de manera cordial.
- Lo que quiero es irme de aquí de una puñetera vez -contestó bruscamente Branko, algo más tranquilo y apretando los dientes.
- Aún podemos retenerte aquí durante un par de horas. Además... Las cosas no pintan bien -admitió.
- Yo... Joder, ¡yo no he hecho nada! ¿Quién es vuestra fuente? ¿¡Quién es!?
Ese era otro cabo suelto de la investigación. A pesar de haber realizado las pesquisas necesarias, no habían podido determinar la identidad de la fuente que dio la información referente a Branko Tarlaç.
- No podemos desvelarla -contestó.
- Joder...
- Digamos, por un momento, que no has hecho esto -empezó a explicar de manera pausada Ana-. ¿Quién querría incriminarte? ¿Quién querría asegurar el éxito del Vojvodina?
- No... No lo sé... No tengo la más mínima idea. Algún descerebrado del club, no lo sé.
- Todos están limpios.
Su tono había menguado desde la seguridad inicial hasta la duda final en esa frase. Lo cierto es que habían comprobado las cuentas de todos los empleados, así como las rutinas de las últimas semanas. Pero todo había sido con la ayuda de Matt, el director de comunicación del club. Sin embargo, no había motivo alguno para dudar de él. Aunque tanto ella como su compañero Bojan habían tenido problemas para trazar un camino de vuelta a Michigan. Era poco más que un fantasma.
- No tengo la más mínima idea. ¡Pero yo no he sido! -Exclamó golpeando la mesa con los puños- Acabaré en la cárcel... Pero por matar al hijo de puta que me ha tendido esta trampa.
No era una actuación. Su expresión no era barroca, sino puramente emocional. Estaba diciendo la verdad. Y seguía sin tener un motivo. Ana decidió dejarle tranquilo un par de minutos más, y fue a ver cómo se encontraba Velickovic.
A unos kilómetros de las oficinas policiales, Zoran intentaba aclarar las ideas para preparar como era debido el partido ante el Hajduk Rodic. Era la cuarta final copera en la historia del FK Vojvodina. En 2007, 2010 y 2011 había perdido con Partizan, una vez, y con Estrella Roja, en dos ocasiones. En ninguno de los tres partidos el equipo había logrado tan siquiera anotar un mísero gol. Había sido vapuleado y maniatado. El objetivo claro era cambiar la historia. Y, al cambiarla, hacer una nueva.
El caso de los amaños seguía en secreto. Empezaban a correr rumores en redes sociales y foros futbolísticos, pero nadie podía aportar pruebas. A ojos de los expertos y periodistas, aquello sonaba más a una pataleta desmedida proveniente de los aficionados de los grandes de Belgrado, que veían cómo su reino estaba a punto de caer. Al menos por aquella temporada.
Sin embargo, Zoran era consciente de que existía una gran posibilidad de que muchas de sus victorias hubiese sido conseguidas de manera ilegal. Tenía la certeza, por lo menos, de que no había sido nadie del club. Pero no entendía por qué Branko Tarlaç lo había hecho. Quizás quería arruinarle.
Iba a salir de su casa con dirección al Karadorde cuando sonó el timbre.
- Matt, ¿qué haces por aquí?
- Pensé en ir juntos al estadio. La ciudad está movilizada, será mejor ir en un solo coche.
Asintió sin mayor problema y, tras dejar las llaves de su coche encima de la mesa de la entrada, cerró tras de sí poniendo el seguro. Ya en el coche, Zoran quiso romper el silencio en busca de respuestas. De alguna definitiva.
- ¿Sabes algo más del tema de... ya sabes, los amaños?
- Parece que se lo van a endosar a Branko -contestó, separando levemente los ojos de la carretera-. Las pruebas son concluyentes, la verdad.
- Supongo... Pero sigue sin cuadrarme. ¿Por qué lo ha hecho?
- A lo mejor intentaba destrozar tu reputación. Quizá su intención era hacerlo parecer que lo hacía el club.
- No le ha salido bien -apuntó.
- No, está claro que no.
Matt siguió conduciendo por calles secundarias con el objetivo de evitar el tráfico de las principales. Novi Sad estaba totalmente colapsada por la final de la Copa. El Vojvodina jugaba en casa y los aficionados del Hajduk Rodic serían una clara minoría en el estadio. Todo estaba de cara para que, por fin, los rojillos levantasen un título.
- ¿Está todo listo para el partido? -Preguntó Matt.
- Claro, claro... Otra cosa es cómo salga el partido.
- Eso siempre -sonrió Matt.
- Entonces, lo de Branko y el amaño-
- Déjalo ya, tío -le interrumpió algo malhumorado Matt-. No te hace bien, Zoran. Si quieres darle vueltas a eso, hazlo cuando termine la temporada. Pensar en eso ahora sólo te joderá más. Además, no es de tu incumbencia. Eres un gran entrenador. Todo el mundo lo sabe. Deja que los responsables hagan su trabajo. Y que Branko Tarlaç pague por lo que ha hecho.
Se calló y no dio respuesta. El pequeño sermón había sido tan vehemente que había dejado sin palabras a Zoran. Viró la cabeza y desvió su mirada hacia el cielo azul. Hacía un bonito día, su equipo jugaba una final de Copa y él no era feliz. Se preguntaba si alguna vez lo podría ser.
Llegaron a la puerta trasera del estadio, que estaba totalmente libre gracias al despliegue policial de los alrededores. Sin embargo, ya podía escuchar las gargantas de los aficionados alentando a sus jugadores. Una gran final de Copa. Era lo más bonito que había podido vivir en su vida futbolística.
Nada más entrar, Zoran se dio de bruces con Milena. Estaba esperándole.
- Os veo arriba -sonrió.
De manera cómplice, Matt siguió de largo y se despidió rápidamente de ambos, dejándoles solos en aquel largo y oscuro túnel. Se podía escuchar la caída de una aguja sobre el frío cemento.
- ¿Cómo te encuentras?
- Podría estar mejor -contestó sincero Zoran.
- Ya se ve -replicó algo pícara ella, intentando subirle la moral-. Gran partido, ¿eh?
- El más importante de nuestras vidas, no hay duda.
- Bueno, el objetivo de la Superliga sigue ahí... Esta temporada será un éxito pase lo que pase.
- No creo que a nadie le guste perder la Copa hoy, en casa, contra un rival inferior y a la cuarta posibilidad.
- Tú siempre tan crítico contigo mismo, Zoran.
Tenía toda la razón del mundo, y él lo sabía. Lo llevaba sabiendo desde muchísimo tiempo atrás.
- Tienes que dejar de culparte por la muerte de tu madre -dijo Milena, abordando el tema por la raíz-. Te mereces ser feliz, Zoran. Como cualquier otra persona que camine en este mundo. No le has hecho mal a nadie.
- ¿Ni siquiera a ti?
Preguntó con un nudo en la garganta y otro más grande en el estómago. Casi cuatro años atrás la había dejado en el mejor momento de su relación. De una relación que parecía eterna y establecida por el destino. Él había decidido dejarla, a ella y al Vojvodina. No quería sentirse dependiente. Y en aquel momento se sentía un pelele, un enchufado que no era capaz de hacer nada por sí mismo. Se llevaba torpedeando durante toda su vida, y nunca se había sentido merecedor de la felicidad.
Hacerle daño a Milena fue la gran obra maestra de su maldita autoestima.
- El mal que me hiciste, y el que me puedas hacer, jamás superará al bien que me diste. Eres una buena persona, Zoran. Y muy bueno en tu trabajo. Confía en ti. Deja que otros confiemos en ti.
Se le acercó para darle un beso en los labios, de aquellos que llevaba años sin sentir, anhelando.
- Luego celebraremos. ¿Vale?
- Lo siento mucho, Milena. Todo.
Le volvió a besar, esta vez más rápidamente, y se fue no sin antes acariciarle suavemente la cara. Volvió a desaparecer entre la oscuridad, pero esta vez Zoran creía ver la luz al final del túnel.
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Quedaban unas cuantas horas aún, pero toda Novi Sad olía ya a fútbol.

A las once de la noche, poco se olía y menos se veía. Y si hablábamos de escuchar, nadie podía oír una única voz en toda la ciudad. Los más de 10.000 espectadores que habían poblado las gradas del Karadorde seguían sin creerse lo que habían visto.

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Crónica. El fútbol está lleno de tópicos y clichés. Quizá de tantos como la vida misma. Uno de ellos es aquella frase hecha que reza: <<Los penaltis son una lotería>>. Bueno, esta noche los jugadores y aficionados del FK Vojvodina no podrán dormir por esa frase. Cuarta final copera de los de Novi Sad, y cuarta derrota. El Hajduk Rodic, flamante e inesperado campeón de la Copa de Serbia.

El partido comenzó con un ritmo frenético. Stankovic optó por poner sobre el terreno de juego una mezcla de los equipos de Superliga y de Copa. Así, pudimos ver a jóvenes perlas como Vujacic, Janjusevic o Spremo compartir terreno de juego con las estrellas del presente como Oumarou o Sarpong. Por su parte, el Hajduk Rodic salió con lo mejor que tenía, y con un hermético y estructurado 4-4-2 con el que intentarían apelar a la épica y lograr su primer triunfo copero en su primera aparición en una final.

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Los aficionados del Vojvodina estuvieron con el equipo en todo momento

El Vojvodina, alentado por su afición, que al encontrarse en casa superaba en número a la hinchada rival, salió con todo y fue dueño y señor del compás del partido en los primeros diez minutos. Se vivió un auténtico monólogo de buen fútbol. De asociación en ocasiones, y de pases en profundidad desde el centro de la zaga en otros. Solo bastaron cuatro minutos de partido para ver la primera ocasión del encuentro. El juvenil Gacinovic, extremo diestro internacional Sub21 con Bosnia, mandó un disparo desde la frontal del área un poco por encima del larguero.

El que avisa no es traidor, y tan solo dos minutos más tarde llegaría el primer tanto de la noche. Cambio de banda kilométrico de Vujacic a Spremo. El joven extremo zurdo de 17 años muestra su increíble talento al ceder al primer toque, sin dejar que el balón bote, a Sarpong. El holandés, que llegaba desde la segunda fila, por detrás de Oumarou, encañonó el esférico y anotó un soberano golazo.

El control duró la primera decena de minutos. Luego, como por arte de magia, la posesión empezó a repartirse más. En una jugada visitante, Bubalo puso en los pies de Veselinovic un increíble pase que superó a la zaga local y que acabó en un remate espectacular de volea ante el que nada pudo ser el joven cancerbero Kordic. Primera aproximación de peligro del Hajduk Rodic, y llegaba el empate en el minuto 11.

La media hora restante fue un reparto de golpes tímidos, de ocasiones más o menos claras para ambos equipos. En el minuto 31, Gacinovic recibió un golpe que le obligó a ser atendido en la banda, aunque posteriormente prosiguió sobre el terreno de juego. El bosnio, junto a Spremo en la otra banda, firmaron un gran partido y de sus botas salieron casi todas las ocasiones del Vojvodina en la primera mitad. La réplica la tenían en la dupla Bubalo-Veselinovic, los más activos en el conjunto de Kula.

Con empate a uno se llegó al descanso.

El intermedio sirvió para que Stankovic imprimiera un mayor ritmo de juego a sus pupilos. Quién sabe qué les dijo, pero lo cierto es que funcionó a las mil maravillas. Corría el minuto 54 cuando Milan Spremo mandaba un gran disparo cruzado a la base del poste de la portería defendida por Peric. Los diez minutos posteriores fueron un auténtico avasallo del Vojvodina. Cuatro saques de esquina y hasta tres ocasiones claras de Oumarou atestiguan el dominio rojiblanco. El camerunés erró dos mano a mano con un Peric colosal. Aboubakar no tuvo su noche y acabaría siendo sustituido antes incluso del final del tiempo reglamentario.

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La defensa del Hajduk Rodic acabó siendo infranqueable

En el minuto 65, nueva ocasión clara, esta vez a cargo de Jeffrey Sarpong. El holandés, que fue uno de los mejores del equipo en esta final, tuvo en sus botas el segundo tanto pero no acertó a disparar entre los tres palos un balón frontal servido en bandeja de plata por Spremo en una jugada similar a la del primer tanto. El Hajduk Rodic, mientras tanto, se limitaba a rezar y a verlas venir. En el 74', Stankovic introdujo un doble cambio, dando entrada a Deletic y Susnjar por Gacinovic y Oumarou, respectivamente. Cambio de posiciones para no variar un dominio que estaba siendo abrumador.

Pero apenas pudieron influir en el juego hasta el pitido que señaló el final del tiempo reglamentario.

La media hora de la prórroga fue un quiero y no puedo del Vojvodina. En el minuto 105, justo antes del descanso, el central Djuric mandó un cabezazo al larguero. Cinco minutos más tarde fue el montenegrino Susnjar quien no acertó a disparar entre los tres palos, yéndose su chut fuera tras rebotar en el poste. Nada pudieron hacer para cambiar el marcador y se llegó a la tanda de penaltis.

Y los penaltis, cómo no, son otra historia. Ambos equipos convirtieron sus tres primeros lanzamientos. En el cuarto, el mediapunta Danilo Sekulic, formado precisamente en la cantera del Vojvodina, anotaba su disparo. Pero el nigeriano Ajuru, que había sido uno de los mejores con su presencia en el centro del campo, mandó su chut a kilómetros de distancia de la portería. Era el quinto. Era el decisivo. Si el punta Nikola Djokic anotaba, el Karadorde se caía. Y el delantero serbio no falló a pesar de la buena estirada de Marko Kordic.

Alegría desbordada de los jugadores del Hajduk Rodic y altercados en las gradas del estadio. El FK Vojvodina aumentaba su maldición copera y ya suma cuatro derrotas en cuatro finales: 2007, 2010, 2011 y, ahora, 2013.

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Los jugadores del Vojvodina, desolados tras la entrega de premios

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La derrota le había dejado hundido. Se las había apañado como pudo para consolar a sus jugadores, pero la realidad era que Zoran Stankovic era el más dolido después de todo aquello. Cuando por fin todo parecía ir bien y estaba a un paso de encontrar la paz interior, los malditos penaltis le habían quitado la ilusión.

Después de recoger la medalla de consolación, abandonó el estadio en cuanto vio que sus pupilos hacían lo mismo. Algunos estaban más dolidos que otros, y tenía claro que el día después sería duro.

Tenían la mañana libre, y él lo agradeció. Después de mucho tiempo, había bebido por encima de sus posibilidades. Amaneció en su habitación, algo que hacía tiempo no pasaba. Y con una chica a su lado, cuya última referencia histórica se tenía el nombre de Milena. No era ella quien le acompañaba. Y se alegró, al menos un poco, porque apenas recordaba cómo había acabado aquella mujer allí. De volver con Milena, no querría que hubiese sido de aquel modo.

- ¿Cómo te encuentras?

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Le sorprendió mirándola fijamente a la cara. Era una exótica y extraña preciosidad. Y era agente de la ley. Ana Dobrojevic se tapaba cuidadosamente con las sábanas, con cierto recato. Ella tampoco recordaba muy bien cómo había acabado allí, aunque estaba lejos de lamentarlo.

- Me duele un poco la cabeza -contestó-. Esto... Es decir, lo de anoche...

- ¿Te arrepientes de algo?

Ladeó levemente la cabeza. Se levantó para ponerse la camiseta y estirarse.

- No, no me arrepiento de nada.

- Entonces no tenemos por qué ponerle etiquetas a nada -sonrió.

- Claro, pero...

Por si perder una final de Copa no era suficiente, seguía pensando en los malditos amaños. Quizá había llegado a aquella final de manera inmerecida y eso había quedado demostrado en el terreno de juego anoche. Había perdido una final sin dinero de por medio, con la pura verdad. Había sido inferior.

- ¿Qué pasa con la investigación?

- No eres un sospechoso. No hay ningún problema en que tú y yo... No hay problema en esto que ha pasado.

Tenía toda la razón del mundo con aquella última frase. Si la paz interior se le había escapado de entre la punta de los dedos la noche anterior, esa mañana se sentía contento. Feliz. A pesar de todo.

- ¿Qué ha pasado con Branko? ¿Es... el culpable?

- Eso dicen las pruebas.

- ¿Y tú? ¿Qué dices? -Insistió Zoran al percibir su duda.

Ana seguía teniendo muchas dudas. Había sido libre al decidir que aquello sucediera. Quería que sucediera. Pero con respecto a la culpabilidad de Branko Tarlaç, seguía teniendo dudas.

- Me limitaré a apoyar lo que indiquen las pruebas. Pero me sigue faltando un motivo. No entiendo por qué lo ha hecho. Quizá tú me puedas dar alguna idea...

- Branko y yo... La disputa de nuestras familias se remonta a muchos años atrás. A la I Guerra Mundial, casi. Los Stankovic y los Tarlaç eran las dos grandes familias de la región de Vojvodina. Unos lucharon por la importancia de reivindicar la identidad histórica, y otros se limitaron a dejar hacer a los bastardos que querían imponer sus costumbres -narró, añadiendo un tono despectivo al final de la historia.

- Entiendo que tú defendías esa identidad.

- Mi familia. Yo... No. Yo no tengo mucho que ver con mi familia.

- ¿Y Branko?

- Él siempre se ha regido por las costumbres familiares, ¿sabes? Aunque piense que no. Supongo que, simplemente, las cosas que vivió en su infancia le marcaron. Que vivimos, vaya -corrigió.

No conocía nada de todo aquello que Zoran le acababa de explicar, pero Ana seguía sin encontrar un motivo. Suponía que podía esconderse detrás de toda aquella historia que rodeaba a Novi Sad y que no dejaba escapar ni un ápice de la vida cotidiana y de las relaciones de todos sus habitantes. Ella poco podría saber de eso. Algo de lo que se percató Zoran.

- ¿De dónde eres?

- De Palilula.

- Una capitalina -comentó de manera jocosa.

- Ya ves -sonrió-. Aunque me siento poco de Belgrado... He dado muchos tumbos en mi vida. Y el último cambio de dirección me trajo a Novi Sad hará... Unos dos años, más o menos.

- Bueno, eres una mujer de armas tomar -apuntó.

- Supongo que es algo bueno, así que gracias.

Zoran sonrió mientras se estiraba un poco más. La cabeza le amenazaba con darle un día de muerte. La ciudad ya vivía y trabajaba. Escuchaba los motores de los coches, el andar de la gente, y especialmente el ruido de un camión que parecía hacer obras justo bajo su balcón. Se asomó apartando un poco las cortinas de la ventana. Eran unos trabajadores municipales quitando la decoración colocada con motivo de la final de Copa. Ana inclinó un poco la cabeza y pudo ver aquello.

- Tiene que ser duro.

- ¿Qué?

Se dio la vuelta y la vio mirando por la ventana.

- Así es el fútbol. Estabas en el estadio, ¿no? -Preguntó, recordando poco a poco fragmentos de la noche anterior.

- Sí. Soy bastante futbolera. Me viene de familia.

- Eso está bien -dijo sonriendo.

- No te puedes reprochar nada. Fue un gran partido. Merecisteis ganar... Pero no se dio.

- Lo sé -asintió-. Si todo va bien, tendremos otra oportunidad.

- Seguro. Y no habrá ninguna sombra de amaño.

- Bueno, si de algo sirve la derrota de anoche es para demostrar que no había nada amañado.

Se rió mientras dejaba corrida la cortina y Ana le acompañó en la risa. Ella se levantó y también empezó a desperezarse. Intentó hacerse familiar a su entorno, a una habitación que no había visto nunca. Todo parecía bastante polvoriento, aunque ordenado a la vez. No quiso hacer hincapié en aquella observación.

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- ¿Dónde está el baño? -Preguntó.

- Ven -sonrió.

Tras guiarla, e invitarla a desayunar, la mañana obligó a Ana a trabajar. Aunque pronto vería que no tenía qué más hacer.

Al llegar al departamento de policía, Bojan Velickovic le esperaba con mal humor y cierta violencia en sus gestos. Tiró el cigarro que estaba fumándose en la puerta con mayor potencia que la del penalti fallado por Ajuru la noche antes. Derrota que a él, aficionado al Partizan desde pequeño, le había sentado bien.

- ¿Qué pasa?

- ¿Dónde cojones estabas? -Inquirió Bojan- Llevo toda la mañana llamándote.

- No tenía el teléfono conmigo -replicó.

- No tenemos caso. Se acabó.

- ¿Qué? ¿Qué...? ¿De qué hablas?

- Vino algún tipo de agencia... No sé, americana. No lo sé. Se llevaron a Branko y nos agradecieron nuestros servicios y... Y toda esa mierda diplomática. Traían consigo los putos papeles. Todo parecía estar en orden...

- ¿Nadie te avisó?

- Llamé a la oficina en Belgrado y me dijeron que los jefes habían dado el visto bueno.

- No lo entiendo...

- Yo tampoco... ¡Joder!

Visiblemente molesto, pisoteó el cigarro y entró como un elefante al departamento para buscar sus cosas y largarse de una vez de aquella ciudad. Ana imaginó hacer lo mismo, aunque lo haría con menos determinación. No acababa de entender absolutamente nada de todo aquello, y en ese momento no sabía si dejarlo pasar o insistir. Merecía la verdad. Y Zoran también.

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Crónica. El Vojvodina salió con su '11' de gala para buscar tres puntos balsámicos y sanadores. Serían ambas cosas por varios motivos: por curar las heridas de la derrota en la final de Copa, por hacer las paces con sus aficionados y por acercarse, así, al objetivo de ganar por primera vez en la historia la Jelen Superliga.

Con un jerarquizado 4-4-2 con la pareja Susnjar-Oumarou en ataque, Stankovic puso toda la carne en el asador ante un Spartak Zlatibor que no se jugaba nada y que salió con los titulares habituales y poca mordiente. Los primeros veinte minutos fueron un auténtico monólogo de posesión de los rojiblancos, pero fueron incapaces de traducir ese dominio territorial en ocasiones de gol y en peligro auténtico para la portería rival.

Sin embargo, Susnjar abrió la veda de las oportunidades en el minuto 25, cuando puso a prueba al guardameta visitante con un buen disparo raso que acabó siendo desviado a córner. De ahí en adelante, solo el pitido indicador del final de la primera parte salvó al Spartak de recibir más y más oportunidades. Djuric estrelló un cabezazo al larguero, Mitosevic rozó el larguero con un increíble chut desde más allá de treinta metros,... Y Stankovic se lamentó una y otra vez de todas las oportunidades falladas. Un guión muy, muy similar al de la final de Copa.

Tras la reanudación, la tónica siguió siendo la misma, y en el 47' Oumarou casi anota un golazo pero su disparo se fue lamiendo la escuadra. Dos minutos después llegó la única aproximación a puerta de los visitantes. Córner botado desde la derecha, y Stevanovic anota el 0-1 ante la cara de asombro de todos los aficionados del Karadorde.

El inesperado tanto visitante hizo mover ficha a Stankovic, metiendo al bosnio Vranjes en el campo por Nemanja Radoja. El equipo no vio alterado su juego por el gol, y siguió generando ocasiones. El propio Vranjes originó el tanto del empate en el minuto 53. Recibió un pase de Smiljanic e intentó sorprender al guardameta con un gran chut desde el borde del área. Su disparo se estrelló al larguero y Oumarou, atento, cazó el rebote para hacer la igualada.

Con más de media hora por delante, la afición aguardaba la remontada con esperanzas. Una remontada que, a pesar de las ocasiones, jamás se dio. Vranjes llevó en sus botas la mayoría de oportunidades claras de los suyos, aunque no consiguió materializar ninguna. Un pase suyo a Katai, en el minuto 71, casi se convierte en el tanto del triunfo pero el jugador cedido por el Olympiakos no acertó a cruzar con precisión su disparo.

Pero por si todas las ocasiones erradas durante los noventa minutos reglamentarios no fueran suficiente razón para lamentarse, Stojan Vranjes falló un penalti en el descuento. El bosnio escenificó la frustración de todo un club y su entorno dándole un puñetazo al césped.

Al final, un punto más para el casillero de un Vojvodina que se mantiene líder a tres partidos del final de liga.

Qué pasó con Partizan y Estrella Roja. Los perseguidores del equipo de Novi Sad se repartieron la suerte en la lucha por el título. El Estrella Roja desaprovechó el pinchazo del Vojvodina y no pasó de un triste empate a 0 en casa ante el Novi Pazar. Esto deja al actual subcampeón liguero a seis puntos del campeonato cuando restan nueve por disputarse. El Partizan sí que mostró sus credenciales al derrotar por 1-3 al modesto Smederevo, que se encuentra luchando por mantener la categoría. Los blanquinegros, eso sí, tuvieron que sudar y lograron sus tres tantos en los últimos diez minutos.

Cómo queda la lucha:

1. Vojvodina - 55 puntos

2. Partizan - 50 puntos

3. Estrella Roja - 49 puntos

Jornada 28. El Vojvodina gozará de un nuevo partido como local, el último de la temporada, y recibirá al colista Jagodina. Es una ocasión perfecta para dejar casi sentenciado el campeonato liguero. El Partizan tendrá que rendir visita al Rad Belgrado para disputar un derbi capitalino, mientras que el Estrella Roja no se moverá de su estadio para jugar contra el Radnicki, que sigue luchando por no descender.

Malos partidos estos dos últimos para la Vojvodina.

Un auténtico jarro de agua fría el perder la final en nuestro propio estadio y ante un rival frente al que eramos claramente favoritos pero así es el fútbol y esperaremos a tener más oportunidades en el futuro. Aunque esa racha de derrotas en las finales coperas no es nada buena para el equipo.

La lotería de los penaltis no estuvieron de nuestro lado en ese partido que los aficionados del Hadjuk Rodic seguramente recordarán durante el resto de su vida, no se si habrían ganado algo hasta entonces pero no creo que les sea fácil repetir :biggreen

Después un tropiezo en liga todavía con la cabeza en esa tanda de penaltis quizás. Tras este empate seguimos con una buena ventaja sobre nuestros rivales en la pelea por el título y el próximo rival si que es bastante propicio para volver a ganar y recuperar esos animos que se han perdido con los últimos tropiezos.

Pero hay que ver el lado bueno de las cosas y nos encontramos con un giro en la trama de la historia en la que el bueno de Zoran Stankovic parece que se ha desquitado un poco de esa derrota acabando con todo un "cuerpo de policia" y veremos por donde avanzan los tiros en esa relación. Giro también con la aparición de los americanos para "cerrar" el caso aunque imagino que el ligue de Zoran no dejara a un lado este caso y seguirá intentando investigar por su cuenta en la medida de sus posibilidades.

Un saludo!

Buenas amigo!

Hay que ver qué buen ritmo has pillado, parece que te ha sentado bien la graduación. xD Como hace tiempo que no comento, repasaré un poco por encima la actualidad del Vojvodina y de Zoran para no hacerme muy pesado.

En el apartado deportivo, veo que sumamos un capítulo más a nuestro ya extenso historial como "el pupas" de Serbia. Deberíamos plantearnos algún convenio de colaboración con el Atlético de Madrid, un club amigo por colores e historial. xD Qué injusto es el fútbol, de verdad, y a la vez qué grande e inesperado es. La final de Copa en casa, contra un equipo afiliado nuestro, todo hacía presagiar que nos llevaríamos el triunfo por primera vez en la historia. Pero nada, hicimos la del Madrid (contra el Atlético xD), y a pesar de jugar muy bien y crear infinidad de ocasiones, nos encontramos con los palos y después con la "lotería" de los penaltis. El Hajduk nos supo aguantar bien y tuvo la suerte necesaria para llevarse el título. Un palo tremendo, pero creo que los jugadores pueden irse con la cabeza alta del estadio, ya que cumplieron con su cometido dándolo todo en el césped. El año que viene tendrá que ser.

Menos mal que nos queda el título más importante de Serbia, la Superliga. Ahí sí que a pesar de no estar finos la cosa pinta bastante bien. Sumamos dos empates consecutivos, una lástima porque en ambos partidos éramos superiores, pero por suerte los resultados de Estrella Roja y Partizán nos han beneficiado y seguimos manteniendo una cómoda ventaja de 5 puntos a falta de únicamente 3 jornadas. Muy mal tendríamos que hacerlo para no llevarnos el título. Recibimos al colista Jagodina en casa, así que hay que sacar los fantasmas de la final de Copa de la cabeza de los muchachos y que se centren de una vez en llevarse una victoria que nos haría campeones virtuales, con 5 puntos de ventaja a falta de 6 por disputarse. Lo dicho, la próxima jornada tenemos que dejar prácticamente cerrado el campeonato, así que mucha suerte contra el Jagodina.

En cuanto a la trama, madre mía, esto está que arde. Primero la detención de Branko y posterior irrupción sorpresa de esa misteriosa agencia americana. Nuestro amigo Matt tendrá algo que decir al respecto, digo yo. xD Esperemos que el tema de los amaños se quede en nada y no perjudique el buen hacer de Zoran en el banquillo... y también entre las sábanas, porque nuestro protagonista le ha anotado un golazo al "cuerpo de policía" como dice @Mapashito. xD Con una inspectora así hasta yo me invento unos antecedentes penales para que me interrogue. xD Buena manera de borrar las penas de la final de Copa, sí señor. Aunque esto llega cuando parecía que las cosas se empezaban a arreglar con Milena. Veremos qué pasa, esto huele a triángulo de amor (bizarro). xD

Un abrazo Jesús!

  • Autor

@Mapashito La derrota en la final de Copa fue un palo durísimo, de los más duros en la historia del club. Las anteriores tres finales se perdieron ante Partizan y Estrella Roja, y jugando siempre lejos de Novi Sad. Este año estaba todo de cara y fue un palazo tremendo no poder ganar.

Es el primer título importante en la historia del club, y sin duda recordarán este logro durante muchísimo tiempo. Jugarán además la Europa League la próxima temporada, así que no hay duda de que ha sido una campaña histórica para ellos.

En la Superliga no nos han acompañado del todo los resultados, pero seguimos dependiendo de nosotros y seguimos con un buen colchón de puntos. El próximo partido se me antoja clave, por ser el último en casa y poder quedarnos con cinco puntos de ventaja a falta de dos partidos.

Muy buenos apuntes sobre la trama. Sin duda, parece que Zoran está más liberado y está intentando ser un poco más feliz. Por otra parte, el caso del amaño de partidos parece que se soluciona, aunque queda mucho por contar y seguro que, de una manera u otra, nos enteraremos de más cosas.

@xopi ¡Buenas Gera! La verdad es que en los últimos días he tenido más tiempo, o quizás mas motivación y orden, y he pegado un sprint importante, sí. Que el ritmo no pare.

Creo que es la derrota más dura e inesperada que he experimentado en un Football Manager, la verdad. A medida que veía que fallábamos ocasiones, me iba temiendo lo peor. Llegaron los dos palos en la prórroga, y lo vi claro... Lo perdíamos. Ajuru se encargó de confirmarlo fallando un penalti. Cuatro finales y cuatro derrotas. La verdad es que somos el auténtico Pupas de Serbia, muy buena descripción. Fue un gran partido de los nuestros, pero es lo que hay. Ojalá la próxima temporada podamos repetir final y, esa vez, ganar la Copa de una vez.

Es la jornada decisiva, está claro. Sobre todo porque luego, los dos últimos partidos de Superliga, son fuera. Nos jugaríamos el todo por el todo lejos de nuestra casa, con una racha negativa,... Es importantísimo el choque contra el Jagodina. Estoy seguro de que volveremos a jugar bien, a dominar. Y espero y deseo que, esta vez, podamos materializar alguna que otra ocasión de las muchas que tendremos. Ganar nos podría hacer incluso campeones ya, y si no, nos dejaría con cinco puntos de ventaja a falta de seis por disputarse... Muy difícil sería no ganar.

Muy bien visto. Matt juega un papel importante en todo esto, aunque hasta ahora haya pasado desapercibido. Veremos el futuro de Branko y qué pasará con él. Puede haber un triángulo amoroso en el horizonte, sí. La verdad es que Zoran estará ocupado con tanto trabajo entre manos -trabajo de todo tipo, está claro- y ya se verá cómo acaba todo esto. La cuestión de los amaños seguirá muy viva.

Un saludo a los dos y muchas gracias por participar.

  • Autor
Crónica. El Vojvodina se enfrentaba al Jagodina en el último partido de la Jelen Superliga en el Karadorde. Un Karadorde dolido, con heridas y que buscaba cicatrizar de una vez y sonreír. Con ese objetivo, las gradas se llenaron y los rojiblancos gozaron de un gran ambiente para recibir al colista.
Stankovic dispuso su once de gala sobre el terreno de juego, con Sarpong ocupando la banda izquierda del centro del campo. Y el holandés, quién lo hubiese dicho, fue el protagonista de los primeros minutos gracias a su talento, su físico y su velocidad. Sarpong volvió loco a su par y en catorce minutos tuvo hasta tres ocasiones en sus botas. Dos de sus disparos se fueron desviados tras buenas acciones individuales, y el tercero se encontró con el poste.
El asedio no cesó, y en el minuto 22 el central Igor Djuric casi encuentra el gol, pero su cabezazo fue despejado sobre la línea por la zaga del Jagodina. Un Jagodina que no podía hacer nada ante el ritmo de juego de su rival, totalmente superior y con las ideas muy claras.
Los jugadores tuvieron que pensar que si la elaboración no daba sus frutos, el balón largo sí los daría. Y en el minuto 29, Supic lo intentó sacando en largo. Oumarou se elevó por encima de los defensores, cabeceó con la frente y dejó el balón de cara a Vuk Mitosevic. El centrocampista canterano empalmó el esférico con un acierto increíble, y el chut acabó perforando la portería visitante.
La justicia no había hecho más que empezar. Apenas un minuto después, Smiljanic recibía una falta un poco por delante del centro del campo. Mitosevic, escorado a la derecha, mandó el balón al área y el central Trajkovic fue el más inteligente adelantándose a la zaga visitante y anotando de cabeza. Dos goles en apenas dos minutos, y partido solucionado.
Pero los dos goles de ventaja no eran suficientes, y los pupilos de Stankovic, quizá dolidos por todo lo acontecido recientemente, siguieron buscando con ansia la portería rival. En el minuto 37, Smiljanic forzaba un penalti con una de sus incursiones por el flanco diestro, pero Vulicevic fallaba la pena máxima. Todo un drama la relación del Vojvodina con el punto de penalti.
La segunda parte del choque tuvo muy poca historia. Oumarou se retiró tocado tras recibir un golpe en los primeros compases de la reanudación, aunque la lesión no reviste mayor gravedad. El Jagodina se estiró poco a poco, pero sus intentos no tuvieron ni la claridad de ideas ni la confianza suficiente como para inquietar de verdad a Supic.
Al final, triunfo claro y merecido por 2-0 para un Vojvodina que solo necesita un punto para certificar su primer campeonato de liga de la historia. Un punto más de seis posibles. Huele a fiesta en Novi Sad.

Qué pasó con Partizan y Estrella Roja. Era ganar o ganar para los dos equipos de Belgrado. Ambos lo consiguieron por la mínima, manteniéndose en la lucha por el campeonato. El Partizan venció al Rad Belgrado, quinto clasificado, por 0-1, mientras que el Estrella Roja hizo el esfuerzo justo y necesario para tumbar a un peleón Radnicki.

Cómo queda la lucha:

1. Vojvodina - 58 puntos

2. Partizan - 53 puntos

3. Estrella Roja - 52 puntos

Jornada 29. Penúltima jornada del campeonato liguero. El Vojvodina con un empate, se proclamaría campeón de la Jelen Superliga por primera vez en su historia, destronando al Partizan, que suma cinco títulos consecutivos desde 2008. Los de Novi Sad jugará en la cancha del Radnicki, que se juega su permanencia en las dos últimas jornadas y necesita de manera imperiosa sumar los tres puntos. La necesidad de puntos también la tienen Partizan y Estrella Roja. Los blanquinegros reciben al Javor mientras que los rojiblancos buscarán seguir vivos en la casa del Spartak Zlatibor.

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