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Acaba el partido en 1953. Puskas y Hungría han destrozado a Inglaterra por 3-6 en el mítico estadio de Wembley. De repente nos encontramos con un nuevo status quo mundial. En esos momentos Hungría es la gran dominadora del mundo. Por fin la escuela danubiana ha llegado a lo que es el fin del camino. El mejor ejemplo de aquello no fue solo la selección húngara, sino también todo lo que había debajo de ella. Por lo tanto, es preciso que rescatemos al Honvéd Budapest, el gran club del ejército y el ejemplo más exitoso y transparente de cómo una intervención estatal en un club de fútbol tiene unos fines nacionales absolutos en la construcción de una gran selección nacional. Más que un fin fue un medio, una herramienta para construir una de las mejores selecciones de la historia, revolucionando el mundo del fútbol.

El Honvéd no era un equipo clásico. Nació tras la II Guerra Mundial con la ocupación soviética y el asentamiento del estado comunista. Se decide sustituir a los tradicionales clubes potentes del campeonato como el MTK o el Ferencváros y crear un gran equipo prácticamente de la nada. Basados en un pequeño equipo de Budapest, el Kispest,  se crea el Honvéd y deciden centrar el talento nacional húngaro en ese equipo. No será el único, porque el MTK también tendrá un importante papel, pero el Honvéd se convierte en el centro neurálgico.

El proceso de nacionalización que se llevó a cabo implicó recursos económicos y políticas intervencionistas. Se construyeron muchos estadios en el país y se creó una idea socialista del juego. La única opción de los chicos para poder salir adelante a buen nivel era convertirse en futbolista. Incluso la liga se centralizaba en el proyecto final de la selección. Los jugadores debían entrenar el mayor tiempo posible juntos y vivir en Budapest. Lo más llamativo del proceso de construcción del Honvéd fue ver cómo se anuló al enorme equipo del Ferencvarós, el equipo de las masas populares húngaras, debido a que tenía una herencia de derechas, el presidente fue un colaboracionista nazi que deportó judíos, colaboró con el régimen fascista Flechas Negras... El equipo fue expropiado prácticamente. Tres jugadores claves como Czibor, Kocsic y Budái fueron arrancados literalmente del Ferencvarós y transportados directamente al Honvéd. El propio Kocsis era un fanático del Ferencvarós. El sistema dio un resultado fantástico.  El Honvéd era el equipo principal y el MTK era el contrapeso competitivo, que había sido el mejor equipo del mundo en los años 20, con nueve títulos seguidos y muy protegido por la comunidad judía y burguesa de Budapest. Por sus filas pasaron jugadores que luego fueron los más brillantes entrenadores húngaros: Béla Guttmann, Márton Bukovi, Gusztáv Sebes... Se comenta que si la Copa de Europa hubiera nacido treinta años antes, el MTK podría haber ganado entre 12 o 13 en aquel período. Era un equipo absolutamente brutal con los mejores jugadores de Europa. Durante cincuenta años Imre Schlosser fue el mayor goleador de la historia del fútbol  y la referencia mundial. Este gran goleador anotó 276 goles en 193 partidos con el Ferencvarós y 141 goles en 125 partidos con el MTK. Con Hungría marcó 58 goles en 68 partidos. Hoy el tiempo lo ha hecho prácticamente desaparecer.

                                                                                                                                           

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                                                                                                                                   El prodigioso goleador Imre Schlosser

Se puede afirmar que el MTK fue el equipo de los entrenadores y el Honvéd el de los futbolistas. El MTK era el gran laboratorio de las ideas y donde se alicata el concepto de fútbol socialista: jugadores posicionalmente universales con obligaciones en ataque y en defensa. Bukovi entrenaba mucho con los delanteros en la defensa y con los defensas en la delantera, potenciando el estilo colectivo trasladado luego a la selección. En cambio, el Honvéd tenía la gran colección de estrellas.

                                                                                                                                      

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                                                                                                                                                           De izquierda a derecha: Szenes, Guttmann y Bukovi, tres grandes "cerebros" húngaros

Fuente: Código Cambridge

Nota: Esta historia está inspirada en la recomendación que @Mapashito hizo en la sección Porque merezco una historia... sobre el Honvéd Budapest. Todo mi agradecimiento a dicho moderador porque ha sido la fuente que me ha animado, aunque sea de forma involuntaria, a crear esta historia.

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En 1954, un año después del gran cataclismo inglés, se disputa el partido más importante a nivel europeo de clubes, porque ese partido dio lugar a la creación de la Copa de Europa: Wolverhampton-Hónved. Los ingleses pensaban que llegaba un ogro de siete cabezas: la selección húngara en el equipo. Pero no estaban todos porque entre las bajas faltaba el gran Grosics, sancionado por motivos políticos. ¿Cómo complicarles el partido? Tras una gran tormenta, por si fuera poco, se decidió darle un manguerazo al campo, convirtiéndose en un barrizal, para que el malabarismo de los húngaros fuese inefectivo. Se reprodujo lo mismo que ocurrió en la final del mundial de 1954, jugado contra Alemania en un barrizal. De hecho, hasta con el resultado sucedió lo mismo. Si los húngaros se pusieron 2-0 frente a los alemanes y acabaron perdiendo 3-2, los del Honvéd, con un juego brillante, se pusieron 0-2 frente al conjunto inglés y acabaron perdiendo también  por 3-2. Al día siguiente la prensa inglesa explotó proclamando a los Wolves  como campeones del mundo. El Honvéd llevaba una trayectoria paralela a la de la selección: giras por el extranjero, partidos amistosos y una racha de victorias muy prestigiosa. Una de las victorias más famosas fue la que le endosó al Botafogo en su visita a Budapest. El Botafogo, con Garrincha y Nílton Santos a la cabeza, fue aplastado sin piedad por 6-2. Ese partido amistoso lo jugaron una mezcla de jugadores del Honvéd y del Ferencvarós frente al equipo brasileño.

Lo que hizo especial al Honvéd, sobre todo, es que fue capaz de reunir a una de las mejores delanteras de la historia del fútbol de clubes: Czibor, Puskas, Kocsis y Budai. Los tres primeros estaban entre los ocho mejores jugadores del mundo en aquella época. Venían de la cantera porque habían jugado en el Kispest desde pequeños, habían nacido en el mismo barrio y eran prácticamente vecinos.

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                                                                                                                       Cuando el Honvéd Budapest era un equipo temible

El padre de Puskas fue jugador de fútbol y  entrenador, y fue el que le hizo debutar en el Honvéd.  El fútbol húngaro tuvo cinco grandes innovaciones: el embrionario 4-2-4, el portero líbero, los laterales ofensivos, el incipiente falso nueve y el medio organizador. Bozsik fue el primer polo creativo. Hasta entonces el fútbol se creaba en los delanteros. Era el más querido del equipo junto a Puskas. Era el jugador que más tocaba la pelota y, al mismo tiempo, era difícil quitársela. Incluso estuvo a punto de fichar por el Atlético de Madrid después de la revolución húngara. A partir de entonces, con los húngaros, pasó a crearse en el mediocampo.

                                                                                                                        

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                                                                                                                          El inolvidable József Bozsik

En el Honvéd el enganche con la delantera era Machos: un delantero transformado en el falso 9, como Hidegkuti en la selección. En la delantera Kocsis era devastador por arriba y Puskas, de técnica prodigiosa e increíblemente inteligente. Di Stéfano contó que cuando Puskas llegó al Madrid después de la revolución húngara, tras un tiempo de haber estado parado y sancionado, pesaba 18 kilos de más. Los jugadores del Madrid decían en el primer entrenamiento: ¿Adónde va este gordito? Este gordito no puede con nada. Puskas se enteró y, estando en la ducha, agarró la pastilla de jabón y comenzó a darle toques sin parar. Di Stéfano afirmó: “Este gordito maneja mejor la pelota en la zurda que yo con la mano. Lo queremos aquí”. En los extremos jugaban Budai y Czibor, con un gran sprint y un tiro muy potente. Jeno Kálmár era el entrenador que les dirigía y fue otro ex-MTK. Szebes le dio el puesto.

                                                                                                                       

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                                                                                                                         El falso 9 Ferenc Machos

Las hazañas de estos viejos astros húngaros brillarán para siempre en la memoria del fútbol. La diáspora de sus futbolistas supuso el fin del Hónved . En cierta manera, se puede decir que el hecho de que los grandes jugadores estuvieran reunidos en un mismo equipo, fue una de las causas que precipitó el final del fútbol húngaro. Todo el equipo estaba fuera cuando se inició la revolución y se dieron a la fuga. Los rusos dejaron de poner dinero para los campos y para los entrenadores y una enorme riada de jugadores y entrenadores dejaron el país devastando el fútbol húngaro. Hungría era un pueblo muy nacionalista y aquello fue la expresión máxima de ese nacionalismo. A raíz de lo sucedido, en 1956 el Honvéd se vino abajo. Estaban en Bilbao en Octubre, era el debut del Honvéd en la Copa de Europa, y era el favorito para ganarla, por encima del Real Madrid. Pierden 3-2 en San Mamés, pero los jugadores tenían la cabeza en otra parte. Se tienen que quedar en España porque no pueden volver a Hungría por el estado de guerra declarado.  Empatan a cinco con una selección de Madrid (en este partido Bozsik le hizo un caño a Di Stéfano y este pilló un cabreo espectacular y se dedicó todo el partido a perseguirle para tratar de devolvérsela. Bozsik acabó el partido con las piernas cerradas y sin atreverse a abrirlas). Viajan a Roma y pierden contra la Roma, pero después ganan al Palermo y al Racing de París. Como el partido de vuelta no pudo jugarse en Budapest, se celebró en Bruselas y son eliminados tras acabar 3-3. Al no poder regresar al país, el equipo se desmanteló. Los pocos que regresaron no recibieron castigo, pero los que llegaron tarde fueron suspendidos. Béla Guttmann se los llevó a hacer unas giras por Sudamérica justo antes del inicio de la liga húngara. Esta gira fue prohibida por la FIFA, con Gusztáv Sebes como vicepresidente de dicha organización. Los tres principales que decidieron no regresar y jugaron en España fueron Puskas, Czibor y Kocsis. Acabaron en España después de ser sancionados por la UEFA. El Honvéd desapareció del mapa y no volvió a la Copa de Europa hasta 1986 de la mano del gran jugador húngaro Lajos Détári.

                                                                                                                         

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                                                                                                                         Lajos Détári: la última gran joya del Honvéd

El socialismo utópico erigió este gran equipo y el socialismo real lo descompuso. No deja de ser curioso el hecho de que Czibor, Kocsis y Puskas, héroes nacionales y sustratos  del Hónved, se rebelaran en la agonía de la época dorada contra el sistema que los había forjado, desvaneciéndose el que fuese el mejor equipo de Europa.

                                                                                                                          

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                                                                                                                           De izqda a dcha: Czibor, Kocsis y Puskas: el trío terrorífico de las defensas

Que bonito poder seguir una historia con el mítico Hónved, cuantos jugadores en aquella plantilla que quedaron para el recuerdo del fútbol y que bien le vinieron a España los conflictos soviéticos para poder disfrutar aquí de los Kubala, Puskas, Czibor o Kocsis, que ayudaron mucho a la evolución de nuestro fútbol. Una pena que Bozsik no siguiera esos pasos, seguro que en el Atlético hubiera hecho que la gran rivalidad fuera más intensa si cabe.

Mucha suerte, ojalá y esta sea la definitiva, encontrando esa motivación que necesitas. Saludos!!!

  • Autor

@Mapashito !Bienvenido a esta nueva historia, compañero! !Qué bueno sería en el futuro llegar a ser al menos la mitad de aquel Honvéd y de aquella Hungría de la época dorada! Mucho trabajo tendré por delante porque, como bien sabes, el fútbol húngaro lleva décadas instalado en la decadencia. Por eso esta historia será de mucho sacrificio y de sueños por cumplir. !Saludos y gracias por pasarte y comentar! ;)

Mitazo de equipo. Con el Honved me eché una partida en el FM17. Te estaré siguiendo con atención.

Editado por Breogán

  • Autor

József Varga fue un lateral derecho que militó en las categorías inferiores del Honvéd Budapest desde 1967 hasta 1973. En ese mismo año, 1973, sube al primer equipo con 18 años y permanece en el club hasta 1985. Disputó 283 partidos y marcó 20 goles. Marchó a Turquía a probar suerte en el Denizlispor, club en el que permaneció desde 1985 a 1987. Jugó 58 encuentros y marcó 4 goles en esas dos temporadas. Regresó a Hungría para jugar en el Újpest Dózsa en la temporada 1987-1988. En sus 31 encuentros de liga marcó 2 goles. En la temporada 1989/90 fichó por el modesto equipo húngaro Volán FC, y en 14 partidos anotó un gol. En 1990 emigró a Finlandia para jugar brevemente en las filas del Reipas Lahti. Desde 1980 hasta 1986 fue internacional con la selección húngara, disputando 31 encuentros y marcando un gol. Tuvo la suerte de jugar con su selección el mundial de España 82 y el de México 1986. En ambas ocasiones Hungría no pasó de grupo, pero la felicidad de haber podido estar ahí no se la quita nadie. En el mundial de España jugó en la derrota por 1-4 frente a Argentina y en el empate a uno del último partido del grupo frente a Bélgica. Él transformó el tanto magiar en el minuto 27. En el mundial de México jugó en la victoria frente a Canadá por 2-0 y en la derrota frente a Francia por 3-0.

El vídeo con el gol de József Varga a Bélgica en el Mundial de España 1982

Conquistó con el Honvéd 3 ligas y una copa. En su última temporada en el club, 1984/85, logró el doblete de liga y copa, pero actualmente el Honvéd se encuentra de capa caída después de su décima posición en la temporada 2010/11. Por este motivo se trabaja a marchas forzadas en las oficinas del club buscando mejorar para reconquistar las viejas posiciones perdidas, aunque no está siendo un camino de rosas. Además, desde 1993 no gana la liga, aunque su última copa conquistada data de 2009.

József Varga es la nueva apuesta como técnico del director deportivo Gábor Simon, pero ha trascendido la gran trifulca que el nuevo manager ha tenido con el presidente de la entidad: el americano George F.Hemingway, con el bueno de Simon tratando de poner paz, por lo que no es segura la continuidad en el puesto del recién proclamado nuevo entrenador del Honvéd Budapest.

Fuentes periodísticas de Budapest han desvelado el presunto diálogo que los tres tuvieron en el despacho del presidente:

Gábor Simon: Señor presidente, le presento al nuevo manager, gran conocedor de nuestro club y canterano que estuvo muchos años en el primer equipo. Es muy querido por los aficionados. Aquí está József Varga.

George F.Hemingway: (extendiéndole la mano) Encantado, señor Varga. Tome asiento, por favor. Bien..., desvéleme qué planes trae para este club.

József Varga: Señor presidente, seré con usted completamente sincero. El fútbol húngaro lleva décadas instalado en la decadencia. Desde aquellos dorados 50, ya no es ni la sombra de lo que fue. Es cierto que en mi época de jugador, sobre todo en los años 80, el Honvéd se asomó a nivel nacional y disputé dos mundiales seguidos con Hungría, pero ni punto de comparación con aquel tiempo lejano. Además, cada vez que aparece una nueva joya húngara, enseguida se marcha al extranjero. Por esa razón, pienso que nuestro club debe comenzar desde ya a poseer un rasgo distintivo diferente al resto de equipos a nivel nacional: apostar por los jugadores húngaros y potenciar económicamente las instalaciones de entrenamiento y las de juveniles para cuidar a nuestros canteranos desde la base y que no se sienten tentados de emigrar a otros países. Llevamos treinta años de retraso con el resto de Europa, por eso deseo que nuestro equipo siembre y coseche el potencial húngaro, formándolos desde la base. Tenemos que destruir la obsesión de los jugadores por marcharse al extranjero. Los niños tienen a ídolos húngaros que juegan en otros países. Mientras el éxito de nuestros futbolistas se decida todavía en el extranjero, jamás avanzaremos en este deporte.  

George F.Hemingway: Tiene usted  una visión demasiado idealista y romántica del fútbol. ¿Qué pretende, cumplir el sueño de volver un día a los años 50? No tiene ni la menor idea del gran desembolso económico que necesita todo eso y del gran riesgo que implica. Incluso existe la gran posibilidad de que nos instalemos en la quiebra por ir persiguiendo sueños. Yo prefiero lo tangible.

József Varga: ¡Llevo al Honvéd y a Hungría en mi corazón! ¿Qué puedo explicarle de sentimientos nacionales a un extranjero al que solo le interesa el dinero?

George F.Hemingway: ¡Cuidado con lo que habla! Yo soy el primer interesado en que el Honvéd crezca deportivamente y económicamente.

Jozséf Varga: Sí, ya se ven los resultados... Quiero a mi club y a mi país, y si para volver a ser grandes necesitamos el gran sacrificio de dedicarle muchos años, no me importa. Pero si yo estoy aquí, en este equipo van a primar los jugadores húngaros. Vamos a encontrar potencial aunque haya que escarbar en todo el país. Con ese rasgo distintivo frente a los demás, los jugadores querrán quedarse en este club.

George F.Hemingway: Claro, claro, y mientras todo eso aparece podemos estar muchos años sin títulos o mejor aún, marcharnos a segunda división. ¿Qué hacemos con los 12 jugadores extranjeros del primer equipo y con los extranjeros de la cantera? ¿Los vendemos? Para mí no fue nada fácil atraerlos para que jugaran en este club.

Jozséf Varga: Si yo soy el técnico, todos esos jugadores se van. Aquí se apuesta por el fútbol húngaro, tardemos los años que tardemos. Yo quiero ver a este club y a la mismísima selección mejorando su potencial aunque necesitemos una década para ello.

George F.Hemingway: ¡Usted está completamente loco! ¿No sabe que los jugadores extranjeros también le pueden servir para mejorar el potencial de los canteranos?

Jozséf Varga: No tengo nada en contra de los jugadores extranjeros, pero ya he visto durante décadas cómo el fútbol húngaro se encuentra en la decadencia, y por ahí no paso. La cantera será el motor del equipo y, a largo plazo, me gustaría que nutriera a la selección. Todos los fichajes, ya sean para el primer equipo o para la cantera, serán producto nacional. Y sé que la paciencia es el factor clave para que acabe dando sus frutos. Soy consciente de que para cumplir semejante sueño se requiere un gran sacrificio y, por mi parte, estoy dispuesto a pasar por ello.

George F.Hemingway: Pero yo soy el presidente, también puedo decirle que sus ideas no  me interesan y romper el contrato.

Jozséf Varga: (levantándose enfurecido) ¡Conmigo nada de amenazas! ¡A mí no me amedrenta con su contrato! ¡Se lo puede meter por....!

George F.Hemingway: (Levantándose también fuera de sí) ¡No olvide que soy el presidente y el máximo mandatario del club! ¡No le consiento a nadie que me hable así en mi propio despacho! (Extiende las manos tratando de golpear a Varga y este hace lo mismo).

Gábor Simon: (poniendo las manos extendidas en el pecho de cada uno, tratando de separar) ¡Caballeros, por favor! ¡Tranquilícense! A pesar de las posturas tan distantes, siempre se puede llegar a un acuerdo dialogando.

Jozséf Varga se marchó enfurecido del despacho del presidente sin pronunciar una palabra más. El presidente se mostró disgustado, expresándole a Gábor Simon el gran error que cometió proponiéndole a Varga como nuevo técnico. Simon, pese a todo, trató de tranquilizar al presidente y le expuso las ventajas de contar con un técnico como él, aunque en el corazón del presidente americano ardía la idea de despedirlo ipso facto. ¿Qué ocurrirá ante semejante situación tan desagradable? Seguiremos informando.

                                                                            

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                                                                    A la izqda. el presidente, en el centro el director deportivo y a la dcha. el nuevo técnico del Honvéd Budapest

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@Breogán Me pillabas con el nuevo post entremedias , pero te comento ahora. !Sé más que bienvenido a mi historia! Yo estoy tan anticuado que jugaré con el viejo fm12. No me actualizo xD Espero que tu partida te llevara al éxito, al menos para que me insufla ánimos para mi intento xD !Saludos y gracias por seguir la historia y comentar! ;)

El hace 12 minutos, Bakero dijo:

@Breogán Me pillabas con el nuevo post entremedias , pero te comento ahora. !Sé más que bienvenido a mi historia! Yo estoy tan anticuado que jugaré con el viejo fm12. No me actualizo xD Espero que tu partida te llevara al éxito, al menos para que me insufla ánimos para mi intento xD !Saludos y gracias por seguir la historia y comentar! ;)

Pues fue bastante bien: La primera temporada di la sorpresa ganando la liga y a la siguiente conseguí la gesta de llevarlo a la fase de grupos de Champions.

Me pone burro la historia compañero, el Honved

Te sigo, la liga Hungara es una de mis preferidas, la he disputado en diferentes FM con el Vasas y la verdad es que potencial no te faltará pero preparate a pelearte con los jugadores porque a la minima se quieren marchar, aunque conseguí llegar a la fase de grupos de la champions 2 años seguidos cada mercado era una lucha... en fin, ¡¡¡Mucha suerte en esta gran aventura!!

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