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Dada su ubicación en una región industrial y obrera, no es de extrañar que la fundación del club tuviese sus orígenes entre trabajadores. En 1919, el Groupe Casino, una empresa del sector de la gran distribución, creó una sección deportiva en el seno de la “Amicale des employés de la Société des magasins Casino”. Así nació el A.S.C. y el deporte entró en la vida de los empleados del grupo, como ocurrió con el Sochaux entre los trabajadores de Peugeot. Sin embargo, la prohibición de utilizar un nombre comercial para una entidad deportiva condujo a que el nuevo equipo cambiase su denominación por la de “Amicale Sporting Club”, para poder conservar las iniciales ASC.

Los cimientos estaban puestos para la creación en 1927 de la Association Sportive de Saint-Étienne, tras fusionarse el ASC con el Stade Forézien Universitaire. En efecto, el nombre de la empresa ya no aparecía en la denominación del equipo, pero la cadena de tiendas iba a seguir indisolublemente unida al club durante toda su historia gracias a la elección de los colores. No en vano, el verde era el color primigenio de las tiendas Casino… y el de las cortinas del despacho de Geoffroy Guichard, su fundador.

Después de emplear el tiempo necesario en asegurarse una cierta estabilidad deportiva y administrativa (entre otras cosas, dotándose de un estadio), el ASSE emprendió la aventura del profesionalismo en el ejercicio 1933/34, en la segunda división. Allí permaneció cinco temporadas, antes de acceder por fin a la máxima categoría.

Se forja la leyenda
¡Y de qué forma! En la última jornada, los Verdes necesitaban una victoria, pero al descanso estaban atascados en un 2-2 frente al Tourcoing. 45 minutos más tarde, el resultado era de 7-2 para un club que ya contaba con peñas oficiales de seguidores desde 1934. Tras quedar 4º en su primera campaña entre la élite, el Saint-Étienne superó sin excesivos sobresaltos (pero tampoco sin brillo) un periodo agitado para el fútbol francés, marcado sobre todo por la II Guerra Mundial.

Entrenado por su antiguo jugador Jean Snella, el ASSE conquistó su primer trofeo en 1955 (la modesta Copa Charles Drago, que enfrentaba a los equipos eliminados de la Copa de Francia antes de los cuartos de final); un aperitivo previo a su primer título de campeón de Francia, obtenido en 1957. Fue el comienzo de un largo periodo que vería al Saint-Étienne dominar el fútbol galo hasta principios de los 80.

A ese triunfo de 1957 se añadieron otras 4 ligas en los años 60 (1964, 1967, 1968 y 1969), otras 4 en la década siguiente (1970, 1974, 1975 y 1976), y hasta 6 Copas de Francia en todo ese periodo (1962, 1968, 1970, 1974, 1975 y 1977). Esa repleta vitrina de trofeos permitió al club entrar en los anales futbolísticos, pero fueron partidos aderezados de leyendas y de aventuras humanas los que hicieron meterse a los Verdes en el corazón de los aficionados (del departamento de Loira primero, y de toda Francia después).

En el apartado de las gestas, el Saint-Étienne se adjudicó el primero de sus 4 dobletes Copa-liga en 1968 bajo la dirección del mítico Albert Batteux (quien ya había escrito la epopeya del Reims en los años 50), ganó 4 ligas seguidas entre 1967 y 1970 (una primicia en el fútbol francés) y superó de forma encomiable los golpes más duros. Así, aunque bajó a segunda división en 1962, logró conquistar la Copa de Francia antes de descender, recuperó la categoría al año siguiente ¡y se proclamó campeón liguero como recién ascendido!

Entre los héroes de esa época dorada, René Domingo disputó 537 encuentros con la camiseta verde, y Salif Keita cautivó al público con sus infinitos goles, pases, regates y cabalgadas; mientras que Rachid Mekhloufi, Dominique Rocheteau, Jean-Michel Larqué, Hervé Revelli, Ivan Curkovic, Oswaldo Piazza o Robert Herbin (luego también como entrenador) eran tan eficaces en el terreno de juego como fascinantes lejos del césped. En todo caso, el ASSE debe su lugar en la leyenda del fútbol galo a sus éxitos, como es lógico, pero también (y, tal vez, sobre todo)… a una derrota.

Tras una patente irregularidad en sus campañas europeas desde su primera participación en 1957, el Saint-Etienne logró por fin enlazar los buenos resultados en el curso 1975/76, en una época en la que ver a un equipo francés pasar una ronda adquiría tintes de hazaña. Los Verdes eliminaron sucesivamente al KB Copenhague, el Glasgow Rangers, el Dinamo de Kiev y el PSV Eindhoven. En la final de Glasgow, se enfrentaban al Bayern de Múnich, doble defensor del título. El Saint-Étienne dominó y remató dos veces a la madera (lo que inspiró en Francia la leyenda maldita de los postes “cuadrados”, mientras que, con unos postes “redondos”, quizás el esférico habría traspasado la línea de gol…), antes de inclinarse por un tanto obra de Franz Roth.

A pesar de la derrota, los hombres de Herbin fueron recibidos como héroes a su regreso a Francia por el Presidente de la República, Valéry Giscard d’Estaing, y desfilaron por los Campos Elíseos parisinos ante decenas de miles de franceses tristes, pero a la vez orgullosos de la actuación de sus compatriotas. Fue el final de la gran epopeya de los Verdes, que vivieron un efímero resurgir en 1979 con la contratación de Michel Platini, principal artífice del último título liguero que luce en su palmarés (obtenido en 1981). A continuación tuvo lugar una larga travesía del desierto marcada por varios descensos; algunos de ellos administrativos por causas extradeportivas.

En la actualidad
En 2004, después de varios lustros ejerciendo de equipo ascensor, el Saint-Étienne regresó a la Ligue 1 para quedarse. En general, desde entonces, se ha afianzado en la primera mitad de la tabla e, incluso, regresó a Europa en 2008, para alcanzar los octavos de final de la Copa de la UEFA 2008/09.

En la temporada 2010/2011 el equipo ha finalizado en décima posición, y siguen esperando un resurgir que no termina de llegar.

El estadio
El estadio Geoffroy-Guichard, inaugurado en 1931 (antes incluso de que el club se hiciese profesional), es uno de los recintos futbolísticos con un ambiente más intenso de Francia, lo que le ha valido el apodo de la Caldera. Aunque solamente contaba con una tribuna de 1.000 localidades en sus inicios, el feudo de los Verdes se ha sometido a varias remodelaciones a lo largo de su historia. La última tuvo lugar con motivo de la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998, y aumentó su capacidad hasta los 35.616 espectadores.

La mayor afluencia registrada data de mayo de 1985, con la visita del Lille en los cuartos de final de la Copa de Francia. Aquel día, antes de que las localidades de asiento se hiciesen obligatorias en todo el estadio, 47.747 aficionados hicieron hervir la Caldera al rojo vivo.

Fuente: https://es.fifa.com/womensyoutholympic/news/y=2012/m=3/news=saint-etienne-popular-legendario-1595263.html

¡Hola compañero!

Me alegra mucho ver una historia con el Saint-Ettiene. De las pocas partidas que he jugado en Francia, recuerdo especialmente una con este equipo y puedo decir que es uno de los que más simpatía me transmite. Un equipo de pasado glorioso pero caído en desgracia en los últimos tiempos, otro punto que me gusta.

Hace muchos años ya del último título conquistado y toca que los verdes vuelvan a sacar la cabeza, primero en Francia y más tarde en Europa. Y, ¿por qué no?, volver a buscar una final de la máxima competición continental, para acabar con la maldición de los postes. ;)

¡Saludos y ánimo!

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@zeusitos !Bienvenido a la historia, compañero! Me alegro de que te guste mucho un equipo como el Saint-Étienne. Es de mis equipos favoritos de Francia. Precisamente, que haya tenido un pasado glorioso y que haya caído en la desgracia, es uno de los puntos que me decantó por esta nueva historia.

Ojalá que con el tiempo Los Verdes vuelvan a conquistar Francia y que aparezcan de nuevo en una final de Champios. Significaría que han despertado. :)

!Saludos y gracias por pasarte y comentar! ;)

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                 Johnny Rep es el nuevo manager del Saint-Étienne

 

 

A sus 59 años dice buscar trabajo. Luce la barriga típica de las edades, recortó su cabellera y con una sonrisa melancólica y desapasionada confiesa que llamó a las puertas del Ajax, a quien dio una Copa de Europa con un gol, «pero me dijeron que no les hago falta».

Así es hoy la tortuosa vida del viejo icono Pop de los 70. Dos divorcios, el último le llevó a la ruina, le han dejado deambulando por el mundo, sin casa, ni recuerdos en los que refugiarse. Una modesta colaboración en De Telegraaf apenas le ayuda a pasar el día, su figura no es ni material para memoriosos, aunque en Córcega tenga un paraíso y en Saint-Étienne un himno.

El juguete se le rompió peinando canas y sin tiempo de reacción, pero en la vida supo regatear, con el ingenio que lo hacía en los campos, al alcoholismo y la depresión que le trajo la soledad de un hombre que llegó a ser capaz de plantarse en Londres y colapsar una de sus librerías más famosas cuando presentó, allá por los albores del nuevo siglo, su biografía. Conservaba en aquella tarde británica el aura del muchacho fresco y vivaz que enamoró a Europa vistiendo los colores de la Orange; la franja roja del Ajax y la camisola verde del Sainté de Platini; Rocheteau; Santini y Larios.

Porque Rep siempre vivió en el tiempo de descuento. A los 19 años su rutina consistía en trabajar en la frutería de sus padres y jugar partidos con el Zaandam; hasta que lo llevaron al Ajax para que a sus 21 años anotará un gol a la Juventus que valdría un cetro europeo. El último que ganaría el conjunto neerlandés antes de 1996.

Fue un cuerpo extraño dejado caer en mitad de una hornada de canteranos que había mamado la cultura ajacied desde la niñez. «Nunca llegaron a considerarme uno de los suyos», se lamenta en las páginas de su periódico ahora que le cerraron las puertas. Pero no todo son malas palabras, «fui futbolista profesional gracias a Cruyff, siempre te exigía, no dejaba que te relajaras en el campo, siempre te pedía más y más».

Aquella camada que le daría tres Copas de Europa consecutivas al club de Ámsterdam, y que llevó a la selección nacional a la final del Mundial del 74, acabó cuando Johnny Rep empezaba. Afirma en su biografía que la derrota ante Alemania fue fruto de la soberbia. «Tras ganar a Brasil nos creímos campeones, salimos ante los alemanes a pasárnoslo bien en lugar de a ganar. Cuando nos dimos cuenta estaba Beckenbauer en la tribuna levantando el título».

ero la figura de Rep sigue generando controversias. Fue el más joven discípulo del fútbol total y todavía es el tulipán que más goles anotó en la fase final de un Mundial. Una fama sobrevenida que no supo digerir demasiado bien. Pronto empezó a brillar en la noche con el mismo arte que lo hacía los sábados por la tarde sobre el barro.

Hace diez años, en Le Monde, le preguntaron si fue un inconsciente. «Era joven, la vida era maravillosa», confesó. Aquella inquietud sin límites le nacía del vicio.

Sólo la desbandada que trae todo fin de época posibilitó su aterrizaje en el Valencia, de igual modo que había llevado a Cruyff y a Neeskens al Barça. Un Valencia en descomposición necesitaba de un golpe de efecto que le pusiera en órbita, así, vio en aquel holandés errante la oportunidad de reverdecer éxitos pasados cuyos restos permanecían todavía calientes sobre el asfalto.

Y lo que se encontró, acostumbrado a la disciplina del Ajax y a un vestuario pujante, fue una colección de viejas glorias con las costillas por fuera, algunos jugadores vulgares y una institución en llamas. Terreno abonado para dejarse ir y disfrutar de los encantos del mediterráneo.

Eran tiempos en los que el chocar de los años configuraron al club moderno, dejándonos una fecha de defunción con la que establecer la frontera: 1973. Ahí murió el Valencia. Lo que vino después no fue, es, más que una prolongada agonía.

En aquellos tránsitos entre lo clásico y lo contemporáneo se redactaron las bases que acompañaron al valencianismo en los últimos 40 años. Guerras entre familias por el poder; mesías vendiendo equipos ‘campeons’ que mutaban en ruina y mediocridad por el vacío que encierran tales discursos y gradas encendidas entregándose al primer discurso facilón articulado desde algun púlpito; todo bien conjugado con entrenadores que duran 15 partidos e ingentes cantidades de talento desperdiciado sobre el césped.

En aquel banquete iba Ros Casares de primer plato; la primera víctima de la democracia. Ganó unas elecciones convulsas que le pusieron sobre el alambre sucumbiendo al cuarto partido de su segunda temporada; al primer tropiezo en casa.

Johnny Rep fue su intento de revertir la situación, el jugador de relumbrón con el que paliar el derrumbe y luchar contra sus enemigos. La entidad venía de firmar la peor clasificación liguera de su historia. Y acabó aquel curso empeorando el registro. Sería el anticipo del Valencia de los millonarios que inauguraría Ramos Costa cuando se aupó al sillón que él mismo dinamitó.

«Aquello era un desastre, un desastre», se repite entre carcajadas el holandés. «Heriberto Herrera es el peor entrenador que he tenido nunca; no preparaba nada, no se entrenaba nada, con él nunca usamos un balón durante la semana. Ahora que está muerto puedo decirlo». Los malos rendimientos tienen raíz en un club blando, en entrenadores marioneta o poco cualificados buscados expresamente para no chocar con los jugadores más finos, y con una terrible ausencia de exigencia.

En tales escenarios es difícil destacar una actuación de Rep, pero la mejor, sin duda, tuvo lugar ante el Barça, ante el Barça de Cruyff y Neeskens, donde Rep entendió que debía volver a ser aquel muchacho que volaba tras los centros de Johann y demostrar que seguía siendo el chico del Ajax que deslumbró a Europa entera.

Aquella tarde, él sólo, ganaría el encuentro con dos goles y una actuación estelar. Tuvo lugar durante su último año en solitario en la línea de ataque.

«Diarte era muy peligroso, sobre todo de noche», se le puede leer a Rep. «Con Diarte y Kempes es el mejor ataque en el que he jugado nunca», admite. Y tal vez, sea el mejor ataque que jamás haya podido reunir en un mismo once la institución del murciélago.

La chequera abría piernas con la profusión de un torrente de agua, y la política de Ramos Costa de pagar grandes dispendios por los mejores jugadores del momento trajo el sobrenombre de “Los Millonarios” a un equipo sin ambiciones que pronto se transformaría en desperdicio y objeto de mofa para gradas enemigas.

Un equipo perfilado para ganarlo todo estrellándose otra vez ante su propia caricatura. Ni siquiera los 60 goles que anotaría aquel tridente en la 76-77 — en un fútbol donde el 1-0 era norma — evitó el descalabro.

Y la explicación reside en un vestuario instalado en el alcoholismo, la juerga y el sexo desenfrenado. Las noches en la Discoteca Sammy eran tan legendarias que se decidió trasladar allí los entrenamientos. En ausencia de petos y conos, las hijas de la ciudad empezaron a peregrinar hacia sus puertas, y no fueron pocas las que acabaron la noche discutiendo de táctica sobre el colchón de alguno de aquellos ases del balón.

Una imagen definitoria de los tiempos nos la dibuja Rainer Bonhof, un alemán pulcro aterrizado tras la marcha de Rep, y tan espantado por la ausencia de trabajo y profesionalidad en el Valencia que decidió salir a diario a las siete de la mañana a correr por las calles de la capital y poder mantener así el físico que le exigían en la selección. Durante sus trotares matinales era extraña la ocasión en la que no se cruzaba con compañeros saliendo de algún local, o tambaleándose dirección Paterna.

¿Por qué se marchó Johnny Rep del Valencia?  La versión del jugador habla de problemas de dinero, de una ficha a la baja cuando había firmado su mejor temporada. La oficiosa, la leyenda urbana que inundó las calles durante aquellos calores y todavía hoy se cacarea, cuenta que un directivo le metió mano en el vestuario y emprendió una estrategia de acoso sin fin hacia el holandés. La actitud alegre, relajada, y el evidente atractivo del muchacho levantaban pasiones en ambos sexos.

Su última foto nos lo muestra en El Prat, en el aeropuerto de Barcelona, sentado con su abogado y dos directivos firmando papeles; era su desvinculación del Valencia y su fichaje con el Bastia, con el que llegaría a la final de la Copa de la UEFA en dos años apoteósicos que le abrirían las puerta del último gran Saint-Étienne.

«Hubiéramos hecho historia, aquel equipo pudo establecer una dinastía si no llega a ser por ‘la caja negra’». Otra vez Johnny Rep llegando tarde a la vida.

Los primeros escándalos en el fútbol europeo afloraron en los 80, y en lo referente a Francia, supuso el fin del mítico Saint-Étienne al utilizar a los futbolistas para blanquear el dinero de sus directivos. Tras multas y sanciones, Platini fue traspasado a la Juventus, Larios llegó al Atlético de Madrid, Rocheteau al PSG y Rep de vuelta a los Países Bajos, a las filas del Feyenoord, el archienemigo del Ajax.

Los verdes estaban en disposición de vengar su derrota en la final de la Copa de Europa del 76 cuando cometió el error que le arrancó de las páginas de la historia. En ese paréntesis, Rep resucitó para el fútbol grande, volviendo a su mejor versión, a la de la selección holandesa, al del Ajax, a convertirse en icono de un equipo poderoso que vivía para ganar y cuyo único nombre que resuena todavía hoy en el Geoffroy-Guichard es el suyo, el de Johnny Rep.

«Ce soir c’est le tout premier match de la saison, et Johnny Rep a les cheveux blonds», dice la canción.

Canoso y golpeado, su única ocupación hasta ahora era pasar las tardes entrenando a los niños del Zaandam, y evitar recaer en las garras de la melancolía y la bebida. Buscaba trabajo, y no olvida a los suyos, «lo primero que hago todos los lunes es mirar en el periódico los resultados de mis equipos, sigo pendiente de ellos y me alegro cuando les va bien». Hoy, el club francés en el que militó durante cuatro temporadas y cuya afición le adora, le da la oportunidad de regresar al fútbol de alto nivel como entrenador. Hoy, el juguete roto irradia alegría.

 

                                                                                                      

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                                                                                                        Del Rep jugador al Rep entrenador. Testimonio del paso del tiempo.

Fuente: https://thebarraca.com/2016/05/13/es-johnny-rep/

 

 

Editado por Bakero
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                                                  LA FILOSOFÍA DE JUEGO DE JOHNNY REP

 

A un club como el Saint-Étienne, que lleva sumido treinta años en el oscurantismo, con una décima posición obtenida en la temporada 2010/2011, no es fácil llegar, por mucho que se conozca la casa en la etapa como jugador, y tratar de cambiar radicalmente  todo para volver a la luz. Para quebrar una cultura tan rancia  hace falta una personalidad superior-como diría Jorge Valdano-.

Johnny Rep, inmerso en el fútbol total del gran Ajax y de la selección holandesa que enamoró al mundo del fútbol, es un esteta que buscará a largo plazo que todos los principios que sustentan el fútbol total queden aplicados en el Saint-Étienne. Es una lucha titánica en la que, como las dos caras de una moneda, él puede acabar o como un héroe o como un arlequín.

Si Johan Cruyff tardó dos años en hacer funcionar a su Dream Team tal y como él quería, Johnny Rep es consciente de la posibilidad de que aún necesite más tiempo para Los Verdes.

 

Los pases de calidad son agradables de ver, pero el fútbol total es algo más. Es algo de lo que apenas hemos visto un atisbo y es algo por lo que el fútbol del futuro debería esforzarse.

Mucha gente los confunde como si fueran iguales, pero no lo son. El fútbol total se basa en la idea de Johan Cruyff de cómo debe jugarse al fútbol y cómo debería ser cuando la atención se centra en la técnica más que en la táctica. El Tiki-taka es un apodo que se le da al estilo de juego pasante del Barça y es una especie de versión inacabada de la idea de Cruyff. ¿Por qué digo inacabada? Porque, a pesar de los esfuerzos de Guardiola en aquel momento, el Barcelona seguía dependiendo demasiado de un jugador. Todos saben quién es.

La razón por la que el estilo de juego del Barcelona se llamaba tiki-taka era por los interminables y a veces irritantes pases entre los jugadores, que daban vueltas en círculos con la esperanza de que se abriera un hueco que aprovechar. En realidad, Messi fue el que creó esa brecha en la mayoría de las ocasiones. Si no fue él, entonces fue el momento de inspiración individual de otro jugador el que marcó la diferencia. En realidad, el Barcelona alcanzó ese nivel de fútbol total en varias ocasiones, y cuando lo hizo, fue hermoso verlo. Sin embargo, también demostró lo difícil y complicado que es mantenerlo en un nivel con tanta disciplina y rendimiento. Después de todo, los futbolistas son personas, no máquinas, y eso los hace propensos a los lapsus mentales, a la falta de concentración y a los días malos en general.

Para jugar un fútbol total, se necesita un equipo de futbolistas técnicamente dotados en cada posición. Necesitas defensores que puedan atacar y atacantes que puedan defender. Necesitas jugadores con resistencia y energía para perseguir la pelota en el segundo que se pierda durante todo el partido. Todo el mundo debe ser capaz de pasar, ser consciente de su entorno y de la distancia en el campo y saber jugar con ambos pies. Además, necesitan amar el fútbol, disfrutar de la competición y tener una mentalidad de nunca rendirse. El sacrificio es obligatorio. Eso es pedir mucho y es la razón por la que el sueño de Cruyff aún no ha visto la luz.

El trabajo en equipo es esencial en este sistema, ya que los jugadores tienen que estar tan acostumbrados unos a otros que se lean los movimientos entre ellos, lo que hace casi imposible que la defensa reaccione. Hacen falta innumerables horas de práctica, dedicación y determinación. No sólo son pocos los futbolistas capaces de hacerlo, sino que muy pocos entrenadores están dispuestos a intentarlo. Guardiola se arriesgó porque vio que tiene a los jugadores para hacerlo. Por lo tanto, por ahora, el tiki-taka es la variación más cercana del fútbol total y la máxima que podemos ver en este momento. Sin embargo, está lejos de serlo. De hecho, no deben ser comparados. Espero sinceramente que algún día no veamos a ninguno, sino a muchos clubes de fútbol que se esfuerzan por hacer realidad el sueño de Cruyff sobre el terreno de juego. Para que eso ocurra, el espíritu deportivo debe pesar más que los tres puntos de la tabla.

Johan Cruyff se desligó de la importancia de la fuerza física que tan bien desarrolló el fútbol total de los años 70 de Rinus Michels y Stefan Kovács. Johnny Rep, en cambio, sí le dará importancia a este atributo.

La filosofía que a largo plazo quiere ver desarrollada Johnny Rep en su Saint-Étienne debe cumplir todas las premisas del fútbol total de los años 70. La pretensión es priorizar el talento individual, el nivel táctico y la preparación física para unir la técnica individual, la capacidad táctica del equipo con el intercambio de posiciones permanente y la capacidad física para tratar de arrollar al rival. Johnny Rep tiene muy clara la teoría, aunque todos sabemos que pasar de la teoría a la práctica no será nada sencillo. Trasladadas estas ideas al football manager, habría que cumplir con las siguientes características:

1-Polivalencia: Contar con un grupo de jugadores polivalentes permitirá un intercambio de posiciones adecuado y provocará que el rival no tenga siempre una marca fija.

2-Técnica en todos los jugadores: Que el rival nunca sepa a ciencia cierta qué harás cuando tengas el balón en tu posesión. La técnica determina la cantidad de movimientos que un jugador puede realizar con el balón. Un jugador con una buena técnica dispondrá de entre su repertorio movimientos avanzados como pases con el exterior, lanzamientos especiales de falta, chilenas, todo tipo de regates y de controles.

3-Pase y primer toque en todos los jugadores: Ayuda a mantener la posesión por más tiempo ya que los pases serán más acertados.

4- Inteligencia en todos los jugadores: Determinada por los atributos anticipación, decisiones y concentración: La anticipación es la capacidad del jugador para leer el juego, es decir, predecir los movimientos del balón y de sus compañeros y reaccionar lo antes posible ante ellos. Las decisiones marcan la capacidad de un jugador para escoger la jugada considerada como más correcta por el Motor del Juego. Por último, la concentración permite que el jugador esté casi siempre despierto y atento, jugando a su nivel.

5--Creatividad, técnica y talento en jugadores ofensivos: La creatividad es la cantidad de jugadas que imagino. La técnica es la cantidad de jugadas que soy capaz de ejecutar con el balón, y el talento es la capacidad del jugador para hacer cosas impredecibles con el balón. Es una combinación ideal para sortear líneas defensivas.

6- Fuerza, resistencia, lucha, determinación y forma natural: La fuerza es la capacidad del jugador para imponerse físicamente a un rival con el que entra en contacto. La resistencia proporciona mejor condición física y el poder seguir acumulando otros esfuerzos cuando otro jugador estaría ya agotado. La lucha la actividad que un jugador realiza durante el encuentro. Se esforzará siempre por su gran capacidad de trabajo. Además, este atributo debe ir unido a una buena determinación para impedir que el jugador se rinda ante las adversidades. Por otra parte, la forma natural controla la capacidad de un jugador para mantener sus condiciones físicas.

7-Velocidad, Aceleración, regate, equilibrio y agilidad: La velocidad hace referencia a la rapidez máxima que alcanza un jugador en carrera. La aceleración contará durante los primeros compases de la carrera para dejar luego de tener influencia. El regate marca la habilidad del jugador para mantener el balón controlado mientras corre y el equilibrio y la agilidad ayudan a esquivar obstáculos. También cobra importancia en este apartado un atributo mencionado en el anterior apartado: la resistencia. Este atributo determina el tiempo que el jugador puede mantener la velocidad máxima.

8- Lucha y trabajo en equipo en todos los jugadores: La actividad que un jugador realiza durante el encuentro más la capacidad del jugador de pensar en sus instrucciones tácticas y en el bien del equipo.

9-Agresividad en todos los jugadores: Para recuperar el balón pronto.

10-Colocación en los defensas y desmarque en los atacantes: Para estar siempre en la posición correcta.

11- Total libertad creativa a los jugadores: Imprescindible para ello los atributos Decisiones, técnica, pase y creatividad. Además, es imprescindible el atributo talento en los jugadores ofensivos.

Fuentes: https://ronaldo.com/es/2018/04/18/la-diferencia-entre-el-futbol-total-y-el-tiki-taka/

                   https://www.fmsite.net/guias/tacticas/cómo-afrontar-una-decisión-táctica-r130/?page=5&tab=comments

 

 

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