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Pero las cicatrices de la guerra aún permanecen...

No puedo imaginarme un mundo sin guerra. Un mundo en el que mis hermanos y mi madre siguiesen con vida y me esperaran después de cada entrenamiento...

¿Podrán dejar la guerra atrás?

Todos tenemos cicatrices. Marcas que nunca olvidaremos. Algunos tuvieron la suerte de morir...

¿Están preparados?

No jugamos por nuestra región, jugamos por nuestro país. Por nuestra vida...

¿Lograrán superarse?

Seremos capaces de alcanzar la Super. Y cuando lo logremos, todos nos conocerán...

¿Conseguirán curar sus cicatrices a base de alegrías?

A base de fútbol, de equipo, podremos reconstruir este país. Podremos demostrar que todavía existe un significado de vida en el que la muerte no venga atañada...

Este es su viaje...

Un viaje de superación y destino...

Mientras, volando por los cielos todopoderosos, un pájaro de hierro aguarda la entrada al lugar donde la lucha no es lucha sino vida...

- Jesús, ¿allí van en topless?

- Sí, Jordan. Deberías haberte traido tus sujetadores.

Bienvenidos a su viaje...

Bienvenido de nuevo al subforo de Historias, amigo. Veremos con que nos sorprendes ahora. Parece ser que comenzaremos en algún lugar de África, y vas acompañado de Jordan.

Espero acontecimientos xD

Suerte!

Editado por Andrew

Siempre te ha gustado hacer historias en lugares "raros" eh amigo xD. Esperemos a ver com se desarrolla la trama de la historia. Un saludo Canarión y espero que los estudios vayan bien y tengas algo de tiempo :)

Esta vez tengo la suerte de poder seguirte desde el principio, bueno nada mas.

Un saludo xD

Bueno la historia parece que promete. ¡Mucha suerte!

Te sigo! Que gran continente el africano...

Mira que semanas atrás te dije, que sería buenísimo que volvieras por aquí. Y vaya alegría me he llevado al verte, la verdad que esta vez volvemos a las andadas con Jesús y Jordan. Ya tenia ganas de volver a leerlos. Mejor comienzo de año, imposible.

PD: Rebienvenido Jesús! Y Feliz Año nuevo!.

Esta la pillo de entrada, que la de Vasily cuando la empecé a leer llevaba ya un buen tiempo. Una buena manera de empezar el año en el subforo de historias. Mucha suerte con tu nueva aventura.

Saludos, compañero!

PD: Soy Iván, de zonadostres (el de la NCAA, vaya).

  • Autor

Andrés

Gracias. Ha sido un tiempo alejado del mundillo, y aun con mi vuelta no creo que esté tan activo como lo llegué a estar en el pasado, pero bueno, me apetecía empezar esto y ver cómo se desarrollaba.

Vuelvo con Jordan, por supuesto, que es como siempre me gustó hacer historia.

Van Basten

Nunca me gustó lo normal. Los estudios bien, dejados un poco al azar pero con exámenes desde el 13 hasta el 26. Cinco, por el culo me la hincan.

Juaniyo

Bienvenido, y a ver si te veo a menudo.

vinadas1

Espero que no prometa tanto, que luego seguro que no lo cumplo.

Efrén

A ti sí te recuerdo de algo... cuánta juventud hay por aquí.

Rio

Pues sí, y por aquel entonces no lo veía factible. Pero mira, una historia curiosa, cierto mono de FM e historias, y aquí me vuelves a tener. No sé por cuánto tiempo ni a qué nivel, pero por aquí estaré dando el coñazo de nuevo. Jesús y Jordan, por supuesto. Olor a vintage.

Barbosa

Bienvenido amigo Barbosa, un placer tenerte por aquí. Y joder, no sabías que eras Iván. Haces bien en aclarar, porque creo que hay otros dos Iván colaborando y el diseñador también se llama Iván, así que hay mucho Iván en la web. Conocía tu gusto por el basket y en general por el deporte americano, pero no conocía tu afición por la NCAA. Tendremos que conversar sobre Wall, Stephenson y Aldrich, que a mí me encanta. Me tiene robao el corazón ese copo de nieve.

Un saludo a todos y gracias por pasar.

  • Autor

Capítulo 01. Todo camino tiene su principio... y sus piedras.

El avión había aterrizado a la hora prevista gracias al buen hacer de los pastores de la zona, que habían logrado desviar a tiempo los rebaños de corderos esquizofrénicos que creían pastar en aquellas pistas de aterrizaje. Esquizofrénicos no por tratarse de una carretera de asfalto, pues no había tal en aquel lugar, sino por el árido panorama que se encontraba en aquel lugar allá donde uno mirara. La polvareda hizo mella en los ojos de aquellos que no estaban acostumbrados a un lugar así. En aquel vuelo, eran mayoría. Sólo tres personas, directores del programa de misioneros de la Cruz Roja, acostumbrados a aterrizar en lugares de aquel calibre, se habían tapado los ojos con una mano mientras agarraban sus maletas con la otra.

El piloto del aeroplano intentaba averiguar el motivo por el cual su nave se encontraba a ras de tierra, como limando todas las asperezas que alguna vez había tenido aquel país y que, por desgracia, seguía teniendo. Una vez se bajó el último pasajero, se percató de la normalización de su avión. Una gran diferencia de peso. Aquel último pasajero era Jordan Armas Medina, un español procedente de Gran Canaria que había tenido la suerte, junto a su amigo Jesús Morales, de coger aquel barato vuelo y no ir a poner tiritas a niños pobres. La que, según él, era la labor que hacían allí. Los dos se encontraban a la cola de la fila que, una vez dentro del aeropuerto, formó un coro alrededor de dos de las personas al cargo. Una de ellas tomó a los dos españoles a un lado.

- Tengo entendido que no estáis aquí por nuestra labor.

- Nunca supe despegar bien una tirita -se adelantó a decir Jordan.

- ¿Perdón?

- Lo siento -se disculpó Jesús-, no se lo tenga en cuenta. El jet-lag, y todo eso.

- España y Uganda comparten franja horaria -espetó el responsable.

- Sí, bueno... nosotros somos de Gran Canaria.

- Entiendo. Como sea -sacudiéndose la cabeza-, habéis tenido suerte de que hayamos aterrizado en este aeropuerto y no en el de la capital. Es decir, aquí nos encontramos en la peor situación, pero vuestro destino final está bastante cercano.

- Menos mal. Así no habrá que caminar demasiado -suspiró aliviado Jordan.

- A decir verdad, al estar cerca no os han facilitado ningún transporte.

- ¿¡Pero qué mierda de lógica es esa!? -Exclamó Jordan airado.

- La que siguen aquí. Nosotros vamos en el camino opuesto, así que espero que podáis arreglarosla para llegar a vuestro destino.

- No se preocupe -le tranquilizó Jesús-, estoy seguro de que llegaremos sanos y salvo. Tenemos un
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[ Siete horas más tarde ]

- ¿¡Pero por qué demonios existe un mapa sin GPS!? ¿¡Qué retorcida mente inventaría algo así!?

Los gritos de Jordan se mezclaban con el sonoro rumor que abarrotaba aquellas calles del mercado principal de Gulu, la capital económica del norte de Uganda. Ambos, o al menos Jesús, estaban seguros de encontrarse en la ciudad adecuada, pero no sabían llegar al lugar exacto donde habían quedado con el que iba a ser su nuevo jefe. Por desgracia, aquel mapa era de tinta y no tenía escrito por ninguna parte ''Bar de color azul fuerte al lado de una casa de putas con, si hay suerte, una Vespa aparcada al otro lado de la acera''. Era una buena descripción, pero inútil en aquel momento.

- Concéntrate Jordan. Tú deberías reconocer a una puta mejor que nadie. Han sido muchos años observándolas.

- El juez me dejó libre sin cargos, Jesús. Deja de sacar ese tema de una vez.

- Sólo digo que necesitamos encontrar ese puñetero sitio de una vez. El sol está empezando a caer, y no me gustaría pasar la noche a la intemperie.

- Estos cabrones se camuflan con la noche.

Entre ellos hablaban su español natal, que debía sonar en los oídos de los nativos y transeúntes como un chapurreo sin sentido alguno. Habían intentado preguntar en inglés a varios locales, pero ninguno de ellos les había dado una respuesta positiva o válida. Salvo un viejo de cana barba que les había dado los precios del prostíbulo. Y habían caído en la cuenta de que, quizás en aquel lugar, habían cumplido uno de sus sueños: ser ricos. Aunque seguían siendo igual de feos que siempre.

- ¡Joder, ahí!

El grito de Jordan les guió al tan ansiado bar azul que les habían indicado anteriormente, su destino final. La historia del por qué aquellos dos españoles estaban perdidos en Gulu, Uganda, era bastante larga. Pero podríamos resumirlas en dinero -y no, no son judíos-, poder -y no, no son estadounidenses- y búsqueda de un dominio del que siempre se jactan pero que nunca tuviero realmente -y no... bueno sí, son europeos-. Aquella aventura tenía todos los alicientes necesarios para que tanto Jesús como Jordan se atrevieran a la aventura más grande de sus vidas. A los pocos centímetros de iniciar la carrera, ambos se detuvieron jadeando.

- Bueno, ya lo encontramos -dijo a duras penas un cansado Jesús.

- Cierto, cierto... ni que fuese un Rubí... Oh dios.

Rubí era la ex-novia de Jordan, y la mención de su nombre provocó un incesante llanto realmente molesto. Un llanto que también dolió en los nativos, quienes veían cómo tanta agua era desaprovechada. Los blancos gastan agua hasta de sí mismos, tuvo que pensar más de uno. Volviendo al tema de la antigua amante de Jordan, en realidad nunca fue tal. Nunca llegaron a consumar. Ni a los preliminares. Demonios, ni se besaron. Pero para Jordan fue todo un amor verdadero.

- Venga tío, supéralo de una vez.

- Es que... esas señales no sé cómo interpretarlas... Ya sabes, las contestaciones ambiguas, las miradas huidizas... la orden de alejamiento...

- Yo diría que es algo negativo. Pero dejar de llorar de una vez. Quién sabe si aquí matan al hombre que llora. Esto no es España: aquí no vale matar a inocentes, decir que eres de la ETA y hacer huelga de hambre para salirte con la tuya.

- ¿Huelga de hambre yo? Antes muero. La vida no tiene sentido sin comida.

Ambos alcanzaron el bar. Casi un centenar de personas se congregaban frente a un televisor que retransmitía uno de los primeros partidos de la temporada de la Premiership. Casi todos los presentes vestían camisetas varias de equipos como Liverpool, Arsenal, Chelsea o Manchester United. Ninguna del mejor equipo del mundo, el Slovan Bratislava. Jesús intentó buscar con la mirada a Phillip, su contacto en aquel lugar. Pero al imprimir la foto que se le había sido facilitada decidió no pagar cuatro céntimos más para el color, por lo que el blanco y negro le dificultó mucho las cosas.

- Demonios, son todos iguales -murmuró Jordan.

- ¿Philip?

La pregunta en voz alta de Jesús surtió efecto, pues el mismo Philip, aprovechando un saque de banda de aquel intensísimo Burnley-Portsmouth, se levantó de su sillón y se les acercó a ambos con una enorme sonrisa. En un perfecto español les saludó.

- ¡Jola vuenos castigos!

Bueno, no tan perfecto, pero entendible.

philip.jpg

¡Wow! Buen principio, la historia de estos dos cracks promete!!

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