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sergiootal
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16 de junio de 2019 Que calor. Distinto al de Tapachula, no sabría si peor. Una fila de focos a la altura del techo iluminaba su, para él, excesivamente maquillada cara. Él era entrenador, ¿qué hacía ahí? Mentira. No era ni siquiera entrenador. A su lado, Edoardo estaba tranquilo, no sudaba. Llevaban más de 15 preguntas entre los dos. Ojalá acabara pronto. -Emanuele, aquí al fondo para la Gazzeta. ¿Está previsto que Pep Guardiola le ayude en alguna otra contratación? - … ¿Cómo? - Si está previsto que Guardiola le siga ayud… - Sí, le he entendido. No entiendo esta pregunta, ¿a qué tipo de ayuda se refiere? - Bueno… - (Edoardo) Bueno, muchas gracias por las preguntas, nos veremos pronto. Gracias. Flashes, gritos. Mañana vería la cara de incredulidad en las portadas de internet. ¿Esto era entrenar? ¿Ya estaba perdido sin haber empezado? 17 de junio de 2019 Las caras de indiferencia habían cambiado. Y la gorra del Milan había desaparecido (por su bien) Subió por las escaleras hasta la segunda planta. Una mesa grande de reuniones, seis habitaciones más pequeñas a los lados, una habitación grande al fondo, la única con la puerta cerrada. Una placa reluciente destacaba en el centro. Gianluca Nani. -Adelante- se oyó desde el interior del despacho tras los tres toques de nudillos que habían golpeado la puerta. - Gianluca, ¿qué tal? ¿contento con el equipo de trabajo? - Si Emanuele, está todo perfecto. Cada semana podemos reunirnos con todo el equipo para ver las novedades, ¿te parece? - De acuerdo. Oye, tengo que preguntarte, después de nuestra conversación en Roma, me pareció que… - Emanuele, déjalo. Me equivoqué, rectifiqué y como ya te dije estoy de acuerdo con el 100% de tu idea futbolística. - ¿Tan fácil? - ¿Qué más quieres? . Supongo que está bien. Nos vemos Gianluca. Le gustaba ese nuevo sillón. Le gustaba su nueva casa. Una cocina y un baño. Una pequeña sala de estar y dos habitaciones. Estaba colgado el atrapasueños que ella le hizo. Ahora era más hogar. Casi un hogar. Desde la ventana de la cocina se veía el campo de entrenamiento. Ojalá no se arrepienta. Bzzzz… bzzzz…. - ¿Pep? ¿Cómo estás? - Hola Emanuele. Bien todo bien. Oye he visto la prensa. Quería explicarme… - Dale. - Mira sí, hablé con Gianluca. Soy amigo suyo y me comentaron que lo estabas intentando convencer. - ¿Quién? - Un periodista. Os siguió en Roma. Aunque dirijas al Brescia ya no eres un desconocido. - Mira Pep, no creo que lo hicieras con mala intención. Somos amigos, pero estoy iniciando una nueva etapa, y es mía. Quiero que sea mía. Quiero jugar a lo que quiero, entrenar como quiero y contar con quien quiera estar. - Te entiendo perfectamente. Lo siento. - No hay porqué disculparse. Hablamos Pep. Su cabeza volvió a Roma. Hace 6 días, antes de la comida con Gianluca había concedido una entrevista a la Gazzeta. La última.
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11 de junio de 2019 Otra vez la misma sensación. La misma reja de hierro. Centro Sportivo San Filippo. Otra vez las mismas caras de indiferencia al llegar. Igual no es malo que nadie le recuerde. Esta vez decide subir por las escaleras hasta la 3ª planta del modesto edificio de oficinas del club. Tras la mesa del dueño vuelve a haber una butaca vacía. Edoardo le recibe con su buen humor característico. - ¿Y bien? - ¿Hoy no tienes ganas de hablar Edoardo? -Tengo más ganas de escuchar. ¿Qué dices Emanuele? - Pues, digo que hay que hablar de las condiciones. - Bueno, para tu contrato habíamos pensado que como estás empezando… - No, no de mi contrato. De como entendemos el club. Quiero saber que queréis que sea mi Brescia. - Bueno, somos un equipo humilde, sabes que… - Se lo que es el Brescia. Pero también se lo que quiero que sea. Mira creo que está claro que nosotros no podemos competir con los grandes equipos italianos en muchas cosas, pero en otras sí. Quiero que mi pueblo se identifique con este equipo. Quiero que mis jugadores sientan para quien juegan. Y para ello es necesario creer en la cantera de este equipo. Cada chaval que cruce la reja de estas instalaciones tiene que creer que puede jugar en el Calcio con esta camiseta, y la única manera de hacerlo es poniéndolos a jugar. - Bueno, la verdad, estoy de acuerdo, pero va a ser un trabajo costoso y yo no pongo el dinero, además… - Edoardo, si crees en esto como yo serás capaz de convencer al que se sienta en aquella silla. - De acuerdo Emanuele. Pero el club también tiene exigencias para ti. - Soy todo oídos. - En cuanto a los objetivos de la temporada son luchar el playoff. Hay equipos muy competitivos este año en la Serie B pero hay que apuntar a competir con ellos. En cuanto a fichajes, como bien has dicho, económicamente no podemos competir con los grandes clubes de Italia. Por ello la intención es centrarnos en el mercado de jugadores jóvenes. ¿Casa esto con tu proyecto de fortalecer la cantera? - Lo primero estoy de acuerdo con la necesidad de pelear por el playoff. No he conocido aún a la plantilla y se de los fuertes equipos que lucharán por ascender, pero hay que tratar de ser competitivos. Eso haremos. Con respecto a los fichajes estoy de acuerdo también. Jugadores jóvenes para el primer equipo, pero también para reforzar el sub 20 y el sub 18. - ¿Cuerpo técnico? - Tengo que conocerlos. Ver a que están dispuestos. Hay que dar un nuevo impulso a este club. - Es un gusto oírte y tenerte a bordo Emanuele. ¿Cuándo quieres empezar? - mmm… ¿Ahora? - Bueno, de acuerdo, nos juntamos la semana que viene para ver que idea de cuerpo técnico tienes. - Una cosa más Edoardo. - Dime. - ¿Todavía está la casa del guarda? La que estaba a lado de la sala de vídeos. - Sí, aunque ya no se ocupa. Carlo se jubiló hace dos años y ya nadie vive allí. Su nieto se encarga ahora de la reja cuando está abierto el Centro. - Perfecto. Pregunta en cuantos días podría instalarme allí. - Pero… ¿Allí? - Allí mismo. Y sácale esa gorra del Milán al nieto de Carlo o haré que lo saquen a él la próxima vez que lo vea. 15 de junio de 2019 Otra vez en esa mesa. Han pasado 6 días desde que llegó a Brescia y ya está más aclimatado. ¿Está echando de menos el calor de Chiapas? No, la echa de menos a ella. -Emanuele, entiendo todas las decisiones que has tomado con el cuerpo técnico. Todas menos una. ¿David Weir? - Sí, es sorprendente pero hablé con él y confío en él. - Pero ¿es escocés? ¡Ni siquiera conoce la liga! - Confío en él repito. Es el más capacitado de los candidatos entrevistado. ¿Por qué voy a contratar un italiano peor? - ¿¡Ni un italiano te vale!? - No de los que podamos pagar Edoardo. Es lo que hay, confía en mí. - ¿Más? En fin, tú te haces responsable. Por cierto, Gianluca Nani será el Director Deportivo. - ¿Gianluca…? - Nos dijeron que era de tu gusto, ¿no? Él mismo nos dijo que habló contigo. - Eh… sí, sí, que buena noticia. Abandonó esa oficina extrañado. ¿Gianluca? Tres días antes había almorzado con él en Roma y a pesar de gustarle el proyecto que estaban armando en Brescia las condiciones económicas eran un escollo insalvable. ¿Por qué había aceptado?
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9 de junio de 2018 No sabía que había sido peor, las 11 horas de la Ciudad de México a París, las 5 horas de escala en el Aeropuerto Charles de Gaulle, o las horas que llevaba sin saber muy bien dónde estaba. El caso es que había llegado. A Milán, no a Brescia, para eso todavía faltaba un trecho. El Centro Sportivo San Filippo le recibió tal y como lo despidió hace más de 10 años. ¿Igual? Evidentemente no. A pesar de que la infraestructura no había cambiado algo era diferente. Carlo, el encargado de la seguridad de la entrada ya no estaba. En su lugar, un muchacho de unos 18 años con una gorra del Milán abrió un ventanuco por el que asomó entre una humareda que apestaba a tabaco rancio. Por supuesto no le reconoció. La misma indiferencia en su cara vio en el joven secretario que recibía en las oficinas del club. Igual si que había cambiado. Lo que permanecía exactamente igual era la oficina del presidente. La silla que en su día ocupara Gino Corioni pertenecía ahora a Massimo Cellino, aunque en ese momento estaba vacía. A la derecha, en una gran mesa de reuniones de madera respaldada por todos los trofeos del club se encontraba Edoardo Piovani. -¡Emanuele! ¿Qué mal te ha sentado irte de aquí? ¿Te encuentras bien, no tienes buen aspecto? - Yo también me alegro de verte Edoardo, siempre tan amable. - Te tenía por un tipo con más humor Emanuele. ¿Cómo ha estado el viaje? ¿Qué te parece San Filippo? - El viaje horrible. San Filippo peor. Estamos mal de dinero, pero no imaginaba que tanto. Además, ¿dónde cojones está Carlo? y, ¿quién ha contratado al niño de la puerta? - Que buenas vibras traes Emanuele, da gusto escucharte. - Perdona, demasiado tiempo fuera, me estoy haciendo mayor. Gracias por la invitación. - Tranquilo. De nada, pero esto no es una invitación. Es una propuesta. Queremos que dirijas al equipo la temporada que viene. Nuestros espías son mejores de lo que tu te crees y sabemos que estás cualificado técnicamente. Lo único que queremos ver son las ganas que tienes. - ¿Al primer equipo? - Sí, al Brescia Calcio 1911. ¿Te lo piensas? No quiero ni saber en que estás pensando ahora mismo. Vete, ven cuando tengas una respuesta. Sal ya de aquí. - Pero… - Que te largues Emanuele, ahora. El camino desde las oficinas del club hasta el hotel fue un espejismo. Por su mente pasaban imágenes de tiempos mejores, canchas de fútbol, tiempos difíciles, y ella. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Tumbado en la cama del hotel, de repente, extrañó Latinoamérica. Unos cortos y agitados meses en Chiapas y algo más de dos años en Chile le habían cambiado. ¿Había cambiado? Lo cierto es que no. Era igual pero adaptado a otro contexto, nada malo, la única forma de vivir. Miró el reloj, las 7 de la tarde una hora menos en Manchester. Buscó entre sus contactos y pulsó el botón de llamar. Llevaba las últimas 3 horas pensando en qué iba a decir y la verdad no tenía ni idea. Igual era mejor que hablara él. -Hello? - Hola, buenas tardes, ¿Pep? - Sí, ¿quién llama? - Hola Pep soy Emanuele. Emanuele Mantovani. - ¡Emanuele amigo! Que gusto poder escucharte. Escucha siento mucho lo que pasó, me enteré y… - Gracias Pep, eres muy amable. ¿Estás ocupado? - No para ti, dime ¿qué ocurre? - Pues… a ver yo hice cursos de entrenador, me formé, pero luego viví en Chile y luego en México y además hace mucho que no entreno profesionales y… - Para, para, para, para. ¿Qué? ¿Qué me quieres decir? - Pep, Piovani quiere que me haga cargo del Brescia. - ¿Y cuál es el problema? - Pues que yo salí de esto hace mucho y no sé como entrar. Me apetece, pero es volver a entrar a un vestuario y dirigir… - Mira por capacidad no tengas dudas de que estas capacitado. Llevas Brescia en tu corazón, y llevas el fútbol en la cabeza. Es una cuestión sólo de motivación, y en eso nadie te va a poder ayudar. - Ya pero, ¿la responsabilidad? Yo era futbolista y ni siquiera muy bueno. Yo me encargaba de mí y de no molestar a los demás, no es lo mismo que dirigir. - Mira si vas a entrenar tienes que estar preparado para ser el responsable de todo… - Eso es lo malo ¿no? - ¿Lo malo? ¡Eso es lo mejor de todo!
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Mucho ánimo en tu aventura por Brescia! Ha debido ser telepatía la elección de las historias! Suerte en el difícil reto!
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3 de junio 2018. 3 de la mañana. El zumbido de las aspas del ventilador de techo de la habitación quiebra la quietud de la noche. Fuera, 24 grados, dentro de la habitación 21. Poco más de un mes lleva en Tapachula, Chiapas y ya se ha acostumbrado al calor pegajoso que se mantiene a lo largo de todo el día. Todos los días. Una nueva vida lejos de Italia, de Brescia. Todo por ella. Ya hacía un año que habían emprendido este camino. Tantos años dedicados al fútbol se habían acabado, por lo menos a nivel profesional. Con tanto tiempo libre había completado todos los niveles de entrenador el año anterior en Chile y ahora en México su entretenimiento era entrenar a un equipo de barrio. Batos de 14, 15 años. Probablemente no sabían ni quien era. Probablemente no, estaba seguro. Ese que preparaba tantos circuitos de entrenamiento tres días a la semana había jugado con Baggio, Guardiola, Pirlo… Una vez incluso compartió un vestuario con Peruzzi, Del Piero, Maldini… Una vez. El no tenía que estar ahí, no era tan bueno, siempre lo supo y por eso jugó más de 400 partidos entre Serie A y B. ¿Por no ser tan bueno? Exacto. Por eso mismo. Mientras todos se creían futbolistas él sabía que era un obrero, como su padre, como su abuelo, y nunca quiso salir de ahí. Por eso jugaba. ¿Le gustaba su nueva vida? No. ¿Le disgustaba? Tampoco. Lo que le gustaba era ella, pero ya no estaba. Seguir en México no le ayudaría a seguir adelante pero, ¿qué opción tenía? Ni él lo sabía. De momento dormía. Buzzzz… buzzzz…. buzzzz…. -… Allo? - ¿Emanuele? ¿Cómo estás? - Domido… ¿Quién habla? - Edoardo Piovani, ¿ya nos has olvidado? Emanuele se levanta de la cama. Mira el reloj y trata de aclarar su mente. Complicado, hace mucho calor. -Edoardo, amigo, todo bien, ¿ha pasado algo? - No, tranquilo, ¿no siempre van a ser malas noticias, no? La verdad, últimamente había pocas buenas. ¿Por qué de Brescia iba a ser diferente? -Bueno, ¿qué ocurre? Si necesitáis centrocampistas puedo echaros una mano, los que tenéis ahora tampoco es que la rompan. - Jaja ni lo sueñes. Ni en tus mejores tiempos pararías al peor de nuestros jugadores actuales. - Pues para ser tan malo os atraqué suficiente pasta como para no necesitaros más en el resto de mi vida Edoardo. - ¡Eso era con Corioni! Que no distinguía un futbolista de un panadero. - Yo era mecánico, ¡no me compares con un panadero! - ¿Dónde estás Emanuele? Estás bien escondido parece. - Y, ¿para qué te lo iba yo a contar? Tendrás que pagarle más a tus espías. Ando por México, tranquilo. - ¿Saben jugar a fútbol allá? - Lo intentan. Pagan mucho y juegan poco. Pero, ¿cómo en casi cualquier sitio no? - Emanuele, me gustaría hablar contigo personalmente. Tengo una propuesta que hacerte. - Edoardo, yo… - Sí, se todo lo que me vas a contar, te conozco. Sólo te pido que vengas a Brescia unos días, hablamos y te vas cuando quieras. Visitas amigos, como unas vacaciones. - En fin… ¿Cuándo? - Cuando estés listo. - Te veo pronto, ciao. - Ciao Emanuele. ¿Qué querrán de mí? Se preguntaba sudando en la cama. Igual no estaría mal visitar Brescia.
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Buenas a todos. Tras muchos años leyendo historias voy a animarme a narrar una de las muchas temporadas que juego al año con el fm19 Esta es la base de datos que voy a utilizar. Además utilizaré la data update de pro (https://www.fmscout.com/a-fm19-transfer-data-update-by-pr0-fmtu.html) Por último, por temas de la historia con el editor agregué de director deportivo a Gianluca Nani. Espero que les guste. Un saludo
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Sin problema que? jajaj Cual debería comprar?
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Hola a todos Tengo una duda a ver si me la solucionáis. Soy español y ando trabajando en Chile hasta marzo. Tengo q comprar la versión latinoamericana, la europea me funcionará igual? y cuando regrese funcionará si compré la versión no europea? Saludos y gracias!